En nuestra opinión pública, existe un consenso curioso: lo que afirma el progresismo es bueno y las corrientes que lo cuestionan, retrógradas. Si eres "progresista", tienes bula para pasar muchas cosas como "correctas". Como decía un economista, desde el progresismo se fomenta el alquiler como justo; pero la gente quiere ser propietaria (a lo mejor, porque algunos de los que defienden el alquiler tienen casa... y segunda residencia). ¿Exagero? Veamos.

Caso 1. A Hugo Chávez le llegan noticias de un informe de un instituto de EE UU, según el cual "el presidente Bush es el de más bajo coeficiente intelectual de la historia". Muchos diarios españoles se hacen eco. El problema surge al saber que el instituto no existe y que es un bulo de Internet. Pero, ¿y las ganas de que fuera cierto?

Caso 2. Uno de los rotativos que reprodujo la noticia dedica media página a un "filósofo importante". Y suelta: "Veo más peligro en EE UU tras el 11-S (que en el chavismo). Entre Chávez y Berlusconi, prefiero a Chávez". Es decir: 200 años de Constitución y un sistema de equilibrio entre poderes valen menos que un señor que ha pasado de golpista a presidente de un país con corrupción, en el que la libertad de prensa retrocede y donde la clase media huye. El cantamañanas, Gianni Vattimo, es un "pope post-moderno" (quizá por ello fue invitado a hablar en un centro "fashion" de Barcelona).

Y tres. Según The New York Times, admiradores del "crítico" Michael Moore decidieron rodar un documental sobre él. Pero, conforme se le acercaban, el retrato no era favorecedor. En su primera película, Moore insistía en que el presidente de General Motors se negaba a recibirle, tras cerrar fábricas en la zona donde vivía: la entrevista se hizo, pero el "honesto" Moore no la incluyó.

¡Ah!, no, no he cobrado de la CIA ni de la FAES de Aznar.