Es inconcebible pensar en un envío de tropas a países en conflicto sin el aval de Naciones Unidas y sin autorización expresa y detallada del Parlamento. Pero incluso en conflictos avalados por la ONU pero sin unas clarísimas condiciones de justicia, equidad y lucha por la paz, España tampoco tiene que comprometerse militarmente. En realidad, esas misiones militares tendrían que estudiarse de una manera mucho más rigurosa y exigente de lo que se ha hecho hasta el momento.

Me refiero concretamente al caso de Afganistán, en el que el aval de la ONU fue forzado por las circunstancias y porque el país más poderoso del mundo había sido atacado por el terrorismo pero sin que éste tuviera una ubicación geográfica indubitable y perfectamente identificable. Pienso que el Gobierno de Zapatero bien pudo retirar los soldados de Afganistán, como tan acertadamente hizo con los de Irak, sin que con ello pretenda yo insinuar paralelismo entre ambos casos.

El tema del paralelismo es la falacia con la que dirigentes del PP intentan liar las cosas para justificarse de lo de Irak y para atacar al actual Gobierno, calificándolo de incoherente. Si hubiese alguna incoherencia en su comportamiento, no sería ni mucho menos por lo que insinúan o dicen en el PP, sino por la escasez de exigencia en el juicio político y moral de carácter general a la hora de tomar decisiones tan delicadas como la de dejar los soldados en Afganistán, país en conflicto que hace correr toda clase de riesgos a todos los militares y no militares que por allí anden.

Un riesgo que ya era igual o mayor que ahora cuando el Gobierno de Aznar decidió enviar a nuestros soldados a aquel país en conflicto permanente. No puedo creerme esa acusación que ahora hacen en el PP al actual Gobierno de tener soldados allí con peligro de que les suceda algo y en misión no estrictamente de carácter humanitario. ¿Por qué el anterior Gobierno los envió, bien armados y pertrechados, en lugar de mandar hermanitas de la caridad u ONGs sin más armas que alimentos, medicinas y ayudas por el estilo? Caradura le llamo yo a estas cosas.