Después de 30 horas en aviones, Teresa Portela pisaba tierras gallegas procedente de Tokio pasadas las nueve de la noche de este jueves. Pero todo el cansancio de este largo viaje fue mitigado por el caluroso e inesperado recibimiento que le regalaron sus vecinos y familiares en el aeropuerto de Peinador, en Vigo, con pancartas y vítores al grito de "¡Oé, oé, oé", o "¡Teri, Teri, Teri!".

A ellos se unieron también miembros de todas las edades del club Mar Ría de Aldán que formaron un pasillo de honor con los remos en alto, y le entregaron un ramo de flores. a su salida del aeródromo. La medalla de plata en K1 200M se mostraba sorprendida por la cantidad de gente que había acudido a darle la bienvenida "ya que por la situación de la pandemia, no me imaginaba todo esto, aunque sé que Aldán y Cangas está super contenta y al final la gente es todo amor", comentaba la medallista nada más pisar tierra.

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El cariñoso recibimiento a Teresa Portela de sus vecinos de Aldán, en imágenes Ricardo Grobas

Con respecto a su logro, Teri confesó sentirse "pletórica, todavía en una nube, intentando asimilar todo esto, pero feliz y contenta". Aún tardó un buen rato en poder cruzar la ría hasta su casa, ya que los más pequeños no dejaban de pedirle 'selfies' y firmas en sus camisetas, hechas para la ocasión, peticiones que la palista de Cangas atendió una por una.