Quizá no lo sepa porque usted sea más de El príncipe, es decir, de los tíos que se ven en El príncipe, y de la serie en sí, que luego me dicen que solo pienso en lo importante y me olvido de los matices. También la trama, y la ambientación, y la producción, y todo eso, están geniales, pero no olvidemos jamás el cuerpo de pecado que tiene el nene Alex González, Morey para los entendidos, el investigador infiltrado como poli en la comisaria ceutí donde mangoneaba a sus anchas Fran, el poli José Coronado, que, aunque de buen ver (recuerden que tomaba yogures para estar bien por dentro y por fuera), ya no está como para ensenar barriga.

Pues eso, que si usted es mas de estos príncipes, sin olvidar a Rubén Cortada, quizá no sepa que a la misma hora y el mismo día, los martes, Antena 3 ha abierto otra pista (la de Tu cara me suena está a punto de cerrarse, si es que alguna vez cierran estas cosas) y ha puesto a ocho parejas de famosos ¡A bailar! Cuando digo parejas, quiero decir parejas, es decir, que entre ellos hay rollo, que son parejas de amor y esas cosas, que se dicen cariño y quizá hasta se regalen perfumes o cenas el día de los enamorados. Vamos, pasteleo. Entre las parejas está la de Pastora Vega y Juan Ribo, que ya han ganado una gala con un tango muy acaramelado, que estas parejas formadas del rebote de la ruptura de sus primeros amores se ponen de un cachondo que arde el mundo.

También está la melosa pareja formada por el macho Manuel Díaz, torero él, y su esposa, Virginia Troconis, de la que lo desconozco todo. Y la de Juan Jose Ballesta, el actor que conserva cierta chulería de canalla de barrio, y su señora, Vero, así, sin más, como si una ama de casa no tuviera derecho a apellido. Y así, hasta ocho. ¿Hay novedades en esta pista? Ni una, salvo que los concursantes son parejas. Presenta lo que pasa en la pista la cantante Mónica Naranjo, que ha revivido gracias a Tu cara me suena, donde hace doblete como jurado besucona, después del rey del beso a todo lo que se menea, Angel Placer. El jurado de ¡A bailar! es de campanillas. Están Charlie Hussey, el mítico bailarín del mítico Ballet Zoom de TVE; Carlos Baute, el cantante de morritos y cadera caliente, y Sara Baras, la bailaora, Premio Nacional de Danza, si, y que, que de algo hay que vivir, que de una medalla, salvo si se la da el ministro del Interior a la Virgen, en concreto a la de Nuestra Señora María Santísima del Amor, no se vive.

Los concursantes llegan como patos mareados al programa, bailan como pueden, el jurado se atiene al guion, y la audiencia mira. El mundo funciona. Nada hay nuevo, y sin embargo, Antena 3 confía tanto en el producto que lo pone frente a los cuerpos tentadores que sacan en El Príncipe, y consigue hacer una audiencia aceptable. Es un misterio. Aunque yo tengo una teoría. Lo bueno de ¡A bailar!, lo revolucionario, la auténtica novedad, es que Mónica Naranjo no tiene que chillar como una mona, como la conocemos en sus piezas musicales, y eso es tan atractivo que pasma a la audiencia, que se queda fija, sin saber reaccionar.