'Lo de Évole' sorprendió esta semana con una entrevista a Juanjo Ballesta. Después de muchos meses de silencio en los que se llegó a hablar hasta de "desaparición", Juan José Ballesta concedió su primera entrevista al programa de La Sexta.

El actor hizo un repaso sobre su vida. Habló de su infancia, de sus años dorados en el mundo del cine y que decidió abandonar porque no le gustaba esa vida, de los episodios más oscuros cómo cuando perdió a un hijo o lo dejo con su pareja y de su vuelta a la gran pantalla.

Ballesta, que confesó que cuando abandonó el mundo del cine se puso a trabajar de albañil, tuvo palabras para algunos compañeros de profesión a los que criticó duramente. "Se quejan por todo y a los que todo les molesta" cuando tienen "una vida de privilegiados", sentenció animándoles a ponerse a trabajar en empleos más duros para saber lo que es quejarse con razones.

También habló sobre esa época en la que nadie sabía nada de él y se habló, con preocupación, sobre un posible desaparición, El actor confesó que su familia sí conocía su paradero. Simplemente decidió desconectar de las redes, por recomendación de su madre y su representante porque "estaba enganchado a Instagram".

Juan José Ballesta se sinceró con Évole sobre algunas de las grandes locuras que hizo en su vida. "Ha sido una cagada", reconocía ante Évole al contarle una de sus grandes meteduras de pata cuando le hizo un tatuaje a unos amigos de su hijo. "Yo estoy en una fiesta de cumpleaños con unos colegas, y al rato me doy cuenta de que has tatuado a mi hijo, y no me haría ni pu** gracia", le contestó el presentador.

"Lo que me extraña es que no tuvieras algo con los padres" ,añadió, tras lo que Ballesta insiste en que es "una de las pocas liadas gordas" que hizo. Y es que tal y como confesó, un día que se tomó "tres cervezas", se tatuó a sí mismo en el brazo y el pecho, e incluso tatuó a algún amigo de su hijo "una 'J' en la mano".