MasterChef ha vuelto a la parrilla de La1 con un programa para la historia de la televisión. No porque alguno de sus nuevos concursantes hubiese alcanzado la gloria con un plato digno del olimpo Michelin, más bien por el sufrimiento que supuso la primera prueba de eliminación de la novena temporada. Jamás pensaron los aspirantes que el delantal negro les depararía un encuentro con un animal jurásico, al que muchos no conocían y del que todos prefieren olvidarse. Ni siquiera la clase magistral del Estrella Michelin Pepe Solla les hizo ganar confianza ante lo que sería su peor enemigo: la lamprea.

"Es uno de los pocos productos que no habíamos cocinado todavía en estos nueve años de MasterChef", desveló Pepe Rodríguez. Las caras de susto y repulsión de los concursantes al levantar la caja misteriosa no pasaron desapercibidas para los presentadores del programa. Comentarios como "que respira", "se mueve", "está viva", "ay, la sabandija esta" se acompañaron de saltos, gestos de repulsión, lloros e incluso arcadas. El chef catalán Jordi Cruz todavía desquició más a los aspirantes con sus explicaciones: "Solo se puede pescar en Galicia, donde se puede preparar de muchísimas maneras, aunque triunfa a la tradicional: en vino y en su propia sangre".

La tensión y la incomodidad era más que palpable cuando entró en el plató el chef gallego Pepe Solla para enseñar a los concursantes cómo limpiar y elaborar la tan temida y escurridiza lamprea. El drama fue en aumento cuando el Estrella Michelin de Poio cogió al primitivo pez, lo escaldó para retirarle el limo (barro) de la piel, lo desangró, lo destripó y reservó el hígado para la receta a la bordelesa. Los aspirantes a chef apenas podían tocar la lamprea sin mostrar su aversión, hasta la concursante gallega Ofelia ofreció un recital de gestos de grima.

El plato "Vampirilla gallega" que valió la primera expulsión de MasterChef 9. FdV

Una vez que el jurásico manjar estuvo limpio, los concursantes dispusieron de 60 minutos para prepararla en su sangre. Todos tuvieron sus lances durante el cocinado pero la calma de Jesús sorprendió a los jueces. Cuando, en compañía de Pepe Solla, visitaron los fogones del burgalés, este les contó que conocía la lamprea y que incluso la había degustado "muchas veces" debido a sus vínculos familiares con Galicia. "A mí no me disgusta cocinarla, es un poco hacer de drácula", bromeaba. Pero esta tranquilidad naufragó en tragedia cuando tiró parte del caldo: "He cometido un error imperdonable, pero pienso que el plato les va a gustar", confiaba.

Ante los jueces, Jesús defendió su plato, bautizado como "Vampirilla gallega": "Es para un pescador de verdad, para comer, esto no es una gilipollez". La valoración de los chefs fue lapidaria: ni el resultado final, ni el cocinado, ni el trato al producto ni la limpieza. Nada gustó a Jordi Cruz, Pepe Rodríguez y Samantha Vallejo Nágera.

La prueba, de las más difíciles que se han visto en MasterChef, determinó el primer expulsado de la novena temporada con una de las valoraciones más tremendas que se recuerdan: "Es como un charco de barro de agua sucia", sentenció Samantha Vallejo Nágera sobre la propuesta de Jesús.

Quince aspirantes a chef

La novena edición de MasterChef arrancó anoche con 15 concursantes. Entre ellos destacó por su espontaneidad y desparpajo la santiaguesa Ofelia, de 29 años. Esta joven emprendedora del sector del marketing se define así:  “Soy al amor como Paquirrín a la música, un cero a la izquierda”. No es el único dato sorprendente de la compostelana, que confesó ser "un auténtico terremoto" y haber pasado por ocho colegios diferentes. Incluso llegó a tener a dos "cuidadores" para poder controlarla. 

Además de la gallega, los otros aspirantes son: Amelicious, de Barcelona, 23 años y estudiante de Farmacia y Nutrición; Meri, de Barcelona, 24 años, fisioterapeuta y estudiante de Medicina; Jiaping, de Shanghái, 35 años, dedicada el desarrollo empresarial chino en España; María, 27 años, de Ciudad Real, coordinadora de eventos; Alicia, 43 años, Madrid, directora de Marketing y Publicidad; Vero, de Cádiz, 35 años, guardia civil; Dani, de Burgo, 41 años, empresario; Álex, de Barcelona, 28 años, gestor deportivo; Arnau, de Barcelona, 32 años, comercial; Toni, de Palma de Mallorca, 34 años, emprendedor; Jose María, de Badajoz, 18 años, estudiante; Fran, de Cuenca, 29 años, camarero; Pepe, de Madrid, 37 años, músico; y Jesús, de Burgos y 69 años, el primer expulsado.