La tarta de queso es sin lugar a dudas una de las reinas de la repostería en la mayoría de los hogares. Pocos se resisten a alguna de sus variedades: de queso fresco, al horno, con algún ingrediente sorpresa o incluso las versiones más internacionales. En esto de la cocina cada maestrillo tiene su librillo y no son pocas las recomendaciones que hay para lograr la mejor tarta de queso y si puede ser fácil, rápida, barata y que no engorde lo tendría todo (aquí te contamos cómo cocinarla al microondas o la versión light).  

Pero todos sabemos que antes del paladar, la comida entra por los ojos, de modo que también es importante que tu elaboración entre por los ojos. Para ello, en el caso de la tarta de queso horneada el color es primordial, debe tener un tono dorado. Si se trata de una tarta de queso fresca la mezcla debe ser homogénea y estar bien cuajada para que luzca como profesional.

Además del resultado de la tarta en sí, podemos decorarla con diferentes elementos:

Mermelada de frutos rojos 

Uno de los acompañamientos más tradicionales pero que siempre funcionan. Fresas, moras, frambuesas, cerezas... son muchas las opciones para elaborar un sabroso coulis de frutos rojos o una mermelada.

Tarta de queso con cobertura de limón

Crema de chocolate o caramelo

Para los más golosos el chocolate o el caramelo son los compañeros ideales de cualquier postre y la tarta de queso no es una excepción. En este caso puede ponerse como acompañamiento en un lateral a modo de 'salsa' o cubriendo el pastel.

Cobertura de limón

Otra de las frutas que se adapta perfectamente es la cobertura de limón, que también aporta color y textura

Frutos secos

Nueces, almendras, avellanas... aquí ya entra el gusto personal, pero los frutos secos aportan crujiente y un aspecto diferente.

Tarta de queso y nueces

Galleta

Del mismo modo que se utiliza en algunas recetas para la base puede espolvorearse molida por encima y colocar alguna entera o en trozos estratégicamente.

Coco

Rayado o en lascas, pero siempre que optes por el coco asegúrate de que le gusta a la mayoría de los comensales ya que no se trata de un sabor tan popular y habitual como los frutos rojos. Además, a quien le gusta le encanta pero a quien no, lo odia sin remedio.

Azúcar glasé

Si apuestas por una decoración más sencilla el azúcar glasé siempre es una buena opción y para contrarrestar su dulce unos frutos rojos enteros serán el complemento ideal.