Experto cirujano en lo que a relaciones de pareja se trata, Cesc Gay demuestra con Sentimental (adaptación de su obra de teatro “Los vecinos de arriba”) que no le tiembla el pulso a la hora de buscar males ocultos, en este caso ciñéndose al máximo a un espacio mínimo (una especie de confinamiento emocional en clave doméstica) con un encuentro entre cuatro personas que tienen mucho en común, incluidas las desavenencias de la convivencia y las grietas que en ella se van (de)formando a golpe de rutina e indiferencia. Cruces de palabras ariscas, confesiones y confusiones más o menos evidentes, locuacidad en alerta roja y miradas que dicen más por lo que esconden que por lo que muestran. Gay no disimula en ningún momento la procedencia teatral de la propuesta, sin airearla ni buscarle puntos de fuga que la hagan más vistosa de cara a la galería. La jugada le sale bien porque tiene actores convincentes, es un cineasta con un buen gusto a la hora de maniobrar con la cámara y el texto es sólido, aunque haya gags que patinen.