Salvador Ares Espada, natural de la comarca del Eume, además de doctor en Filosofía, cura y profesor en el Instituto Teológico Compostelano y en la Facultad de Filosofía y Letras de Santiago, tenía alma de fotógrafo y dejó, tras su fallecimiento en 2012, un legado de más de 35.000 negativos con fotografías de las parroquias de la Diócesis de Santiago, que recorrió entre los años 60 y 70 como delegado de la Comisión Diocesana de Arte Sagrado. El Archivo Histórico Diocesano, con sede en San Martín Pinario, está catalogando y editando esta colección. Tras un primer catálogo de parroquias de la zona de A Coruña, ahora y con la ayuda de la Diputación de Pontevedra, ha sacado otro nuevo centrado en las parroquias de esta provincia, entre las que están las de O Morrazo, eclesiásticamente de la Diócesis de Santiago.
El catálogo se recoge en una publicación, de la que se han editado unos 120 ejemplares que se distribuirán por las bibliotecas de los municipios de las parroquias que figuran fotografiadas por Ares Espada, con las que además de cumplir con el objetivo de inventariar los bienes de las iglesias, realizó un trabajo antropológico, retratando a sus gentes, cultura y costumbres.
En este catálogo se recoge una selección de las fotografías, aunque el Archivo ya está trabajando en un proyecto con la Diputación de A Coruña para digitalizarlo y crear un mapa web al que el público en general pueda tener acceso de manera online. En esta colección hay 110 fotografías de la parroquia de Cangas, 40 de Darbo, 75 de Moaña, 24 de Santa Baia de Meira, 21 de Domaio, 10 de O Hío y 76 de San Martiño de Bueu, que son fiel reflejo del paso del tiempo.
Ares se licenció en Filosofía y Letras en la Universidad de Alcalá y se doctoró en 1954 en la Universidad de Bolonia con la tesis “Il Soggiorno spagnolo di Luca Giordano”. Posteriormente, en el colegio español de Munich se formó en Filosofía y en el Seminario Conciliar Compostelano cumpletó su currículum con los estudios de Teología que le llevaron a ordenarse sacerdote el 4 de agosto de 1963. Fue nombrado delegado de la Comisión Diocesana de Arte Sagrado y como tal comenzó a elaborar este inventario de bienes muebles de la Diócesis, recorrió sus parroquias y documentó fotográficamente sus bienes artísticos, en un proyecto que el Archivo califica de “formidable”. Entre los retablos y bienes eclesiásticos, se pueden ver los antiguas barcos bateas, mujeres con vacas, el aguardenteiro de Amil, primeras comuniones, bodas y mucho paisaje desde las rectorales, entre escenas de familias cenando en sus casas, tal y como señala el técnico del Archivo Histórico Diocesano, Víctor Camino.
En el prólogo el arzobispo de Santiago, Francisco José Prieto, señalaq ue “todo es tan cotidiano, y todo tan trascendente, eco de un tiempo ni mejor ni peor, tiempo nuestro, de los que fueron y de los que somos hijos e hijas de una esperanza que no decae”.