Este año el aceite de Santa Ifigenia esquivó la inflación y el aumento de precios que se registra en los supermercados. Es verdad que por las botellas más caras se ofrecieron 24 euros, que no está nada mal por una botella de un litro. Pero hay que tener en cuenta que es aceite bendecido... y que el año pasado las “poxas” llegaron hasta los 50 euros. Cosas de la inflación y de la meteorología.
Los aceites de Santa Ifigenia
El mal tiempo desanimó a muchas personas, que decidieron no desplazarse hasta el entorno del pazo de Santa Cruz por miedo a la lluvia y al viento. Así hubo menos competencia y además también había prisa para escapar del chubasco que se avecinaba.
La animación en el entorno de la capilla y del pazo comenzó a partir de las 11.00 horas, con la apertura de los dos puestos que se instalaron este año para despachar la sidra elaborada tradicionalmente. A pesar de que la afluencia de público no fue la misma que otros años las existencias prácticamente se agotaron.
A pesar de la amenaza de lluvia la misa se celebró al aire libre, en los terrenos que rodean la pequeña capilla de Santa Cruz y con unas vistas privilegiadas sobre Bueu y la ría de Pontevedra. La lluvia parece que quiso esperar al final del oficio religioso y de la posterior procesión, que se pudieron celebrar sin contratiempos y con la presencia de la Banda de Música Artística de Bueu. Este año la procesión contó con la presencia de representantes de los tres grupos políticos de la corporación, una delegación encabezada por la alcaldesa en funciones, Isabel Quintás.
Una fiesta con mucho carácter social
Las celebraciones estaba previsto que continuasen por la noche, con la verbena con el Combo Dominicano. A media tarde comenzaba el montaje del escenario para la fiesta y para desafiar también a la lluvia. Para esas celebraciones se esperaba a unos invitados muy especiales:los remeros de la trainera “Maruxía” del Club do Mar Bueu-Simei, que ayer lograron un histórico ascenso a la ACT. Su presencia iba a depender de su hora de llegada a Bueu, que se estimaba entre las 22.00 y las 23.00 horas de ayer, después de un largo viaje por carretera desde Portugalete. Un viaje largo, pero tremendamente feliz.