Augas detecta en la ría de Pontevedra 23 vertidos contaminantes, dos de ellos en Bueu

Los focos ilegales representan alrededor del 13% sobre el total de autorizados | Las campañas del ente publico permiten eliminar puntos de contaminación, pero surgen otros

Instalación de uno de los tramos del emisario submarino en la ría, en octubre pasado . |   // G. SANTOS

Instalación de uno de los tramos del emisario submarino en la ría, en octubre pasado . | // G. SANTOS / Nicolás davila

La ría de Pontevedra ha mejorado en los últimos años su estado ambiental, pero los vertidos ilegales se mantienen como una asignatura pendiente. Las campañas de inspección, el control sobre los puntos de vertidos autorizados y las alertas o aviso al 112 permitieron a Augas de Galicia subsanar en los últimos años alrededor de setenta focos contaminantes a las aguas, pero el número de puntos ilegales no se reduce. El último balance de la Xunta establece que hay más de una veintena entre Pontevedra, Poio, Sanxenxo, Marín y Bueu que rebasan los límites, más otros dos en investigación, frente a los 84 autorizados y dentro de la normativa ambiental.

Esto significa que aproximadamente que el 13% de los vertidos aún son ilegales , poco más de uno de cada diez, sobre un total de 171. Las cifras apenas varían a lo largo de los años, aunque sí pueden cambiar los focos. Así, en marzo de 2022 se contabilizaban hasta 165 puntos de vertido identificados, de los cuales 19 eran considerados contaminantes al no cumplir con los límites de carga microbiológica o química fijados por ley, según el último catálogo elaborado por Augas de Galicia. La cifra es ligeramente superior a la de doce meses atrás. En 2020, el mismo departamento tenía censados en la ría 160 puntos de vertidos, de los que 16 se calificaron como contaminantes.

En octubre pasado se detectaban 171 vertidos, de los que 23 focos eran contaminantes: doce en Pontevedra, cinco en Marín, tres en Poio, dos en Bueu y uno en Sanxenxo. Por tanto, se observa que las campañas constantes de Augas de Galicia permiten subsanar unos, pero aparecen otros. Esta entidad realiza un seguimiento continuo y exhaustivo de los puntos de vertido, pasando a estar inventariados y controlados.

Cuarta ría

Atendiendo a cada una de las rías vigiladas por Augas de Galicia, la de Pontevedra es la cuarta de Galicia que registra un mayor número de vertidos ilegales, por detrás de las de Muros-Noia (63, más seis en investigación), Arousa (53 y 12) y Ferrol, con 28 focos contaminantes.

En materia fluvial, el estado global de varios ríos de la comarca de Pontevedra, entre ellos el Lérez, el Umia y Os Gafos, no es el más adecuado, tal y como figura en el Plan Hidrolóxico de Galicia-Costa 2022-27. La agricultura y los vertidos son, una vez más, los grandes caballos de batalla. En algunos puntos de los cauces fluviales, los inspectores han detectado exceso de fosfatos o nitratos, consecuencia de la existencia de vertidos o de las escorrentías de agua superficial que llegan a los ríos procedentes de tierras en las que se aplicaron productos fertilizantes o fitosanitarios.

En octubre se detectaban 171 vertidos, de los que 23 focos eran contaminantes: doce en Pontevedra, cinco en Marín, tres en Poio, dos en Bueu y uno en Sanxenxo. Las campañas constantes de Augas de Galicia permiten subsanar unos, pero aparecen otros

En todo caso, los episodios de contaminación se concentran en una docena de ríos (o tramos fluviales) en un censo de medio centenar de corrientes catalogadas por Augas de Galicia en toda la comarca. Esto supone que cerca del 80% de todos estos ríos presenta un estado óptimo, lo que el documento califica como “bueno o mejor”.

En el caso del río Lérez, los técnicos de la Xunta establecen cinco tramos de estudio, desde su nacimiento hasta su desembocadura. En cuatro de ellos, el estado es bueno, mientras que en su confluencia con la ría se detalla que padece “presiones e impactos” como aguas residuales urbanas, así como contaminación microbiana y exceso de nutrientes. se han detectado restos de amonio, mercurio y fosfatos. De hecho, la Consellería de Sanidade acaba de asignar una nota de “insuficiente” a las aguas de baño de la playa fluvial del Lérez, tras al menos tres episodios de contaminación el pasado verano. En la anterior calificación, la de 2021, su calificación era de “excelente”.

Para hacer frente a estos problemas la Xunta plantea medidas para el periodo 2021-2027 como completar el sistema de saneamiento de la ría, en su fase final de ejecución, vigilar otras depuradoras de la zona, e intensificar la vigilancia de vertidos y de la presencia de residuos en el agua.

En una situación parecida se encuentra la cuenta del Oitavén-Verdugo, que desemboca en Ponte Sampaio, en la ría de Vigo, tras atravesar Ponte Caldelas y otros municipios. En este caso se ofrece un panorama similar al del Lérez, con las mismas presiones y elementos contaminantes.

La agricultura y los vertidos son, una vez más, los grandes caballos de batalla. En algunos puntos de los cauces fluviales, los inspectores han detectado exceso de fosfatos o nitratos.

En el mismo ámbito que la desembocadura del Lérez, Augas de Galicia analiza otro ámbito, denominado Puerto de Marín, definido por el estuario que ocupan estas instalaciones. En su caso, el estado del agua es bueno, pese a registrar episodios puntuales de vertidos residuales. A su vez, la mayor parte de la ría, de más de 6.790 hectáreas, se enfrenta a riesgos de vertidos urbanos y los efectos de la acuicultura, además de la presencia de industrias en sus orillas. Aún así, se destaca su situación como “buena”, a la espera de que se ejecute el plan de saneamiento de la orilla norte, en Poio y Sanxenxo. Se trata de un proyecto de la empresa pública estatal Acuaes, cifrada en unos 29 millones de euros, a punto de licitarse y que incluye la ampliación de la depuradora de Paxariñas (Sanxenxo), con un nuevo emisario a la ría, y la ampliación y mejora de los bombeos.

Emisario submarino

Iba a ser a “principios de la primavera”, previsiblemente en abril. Pero la entrada en servicio del nuevo emisario submarino de la ría sufre un nuevo retraso. Fuentes oficiales de la Consellería de Infraestruturas han admitido que esta canalización aún no está lista para su uso y tampoco adelantan una nueva fecha. Este emisario ya acumula unos tres meses de demora sobre los plazos iniciales previstos. El montaje en el mar de toda la canalización, tanto en el tramo enterrado como en túnel, ya se concluyó hace semanas, junto con la instalación de los difusores en la bota del emisario. Pero aún no se completaron los últimos trabajos en tierra, para conectar la tubería con la depuradora de Praceres

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