Las organizaciones benéficas se vuelcan para ayudar a medio millar de familias en navidades

Las fiestas navideñas son sinónimo de reencuentro y de alegría, en muchas ocasiones alrededor de comidas familiares. Desgraciadamente no todo el mundo puede celebrar estas fechas como le gustaría, ya sea por problemas económicos, de empleo, familiares o por estar en una situación de vulnerabilidad al borde del riesgo de exclusión social. Aunque las organizaciones benéficas como Cáritas, el Comedor Social de Cangas o Vida Digna trabajan, y mucho, a lo largo de todo el año, es en estas fechas cuando su labor se hace aún más visible. Su ayuda es fundamental para que cerca de medio millar de familias de la comarca de O Morrazo puedan celebrar y disfrutar las fiestas más especiales del calendario.

“Preparamos en torno a 65 menús diarios, entre personas que lo consumen aquí y quienes los llevan para casa”, explican desde el Comedor Social de Cangas, que además reparte alimentos cada 15 días, los lunes, para llevar a los domicilios. En la última entrega fueron 162 beneficiarias. Hay familias que son habituales y otras que se van añadiendo por el impacto de la crisis y de la escalada de precios. Con motivo de la Navidad, esta tarde habrá un reparto extraordinario con productos típicos para poner a la mesa en estas fechas, como turrón o mazapanes, y para el día 25 esperan algunos grupos que irán a comer al local de la calle Lisboa porque no tienen vivienda o no los acogen en ella por diferentes razones. Donaciones de empresas, instituciones públicas y privadas, como varios colegios, particulares, recogida por los supermercados que colaboran con la “Operación Kilo” y las reservas que aporta el Banco de Alimentos y otras organizaciones permiten abastecer las despensas para ayudar a los más necesitados. Aún así, en estos días demandan productos de primera necesidad. Sobre todo, leche con fecha lejana de caducidad, así como productos de higiene, ya que algunos usuarios se duchan en esas instalaciones.

La pandemia de COVID modificó hábitos, y ahora son más las personas que se llevan el táper a casa, sobre todo familias con niños o con miembros dependientes, aunque alrededor de una docena eligen el comedor social para los desayunos o comida de mediodía, sobre todo gente sin techo. Son muchas las necesidades, y las organizaciones benéficas se esfuerzan por paliarlas. En estos días, desde el Comedor Social recogieron las cartas a los Reyes Magos remitidas por 138 usuarios, que marcan varias opciones de regalo en torno a 35 euros, de las que se elige una. También aceptan donaciones de juguetes en buen estado, sobre todo orientados a niñas y niños a partir de diez años. La ONG Elfos y Calcetines colabora con esta iniciativa.

También en Cangas trabaja Cáritas en favor de los más necesitados. Actualmente atiende a 48 familias, muchas llegadas de otros países, como Venezuela, Uruguay o Ucrania, que se ha sumado a la lista desde la guerra. Y gente joven que corre serio riesgo de exclusión social. “Cada vez hay más gente que necesita ayuda; prácticamente se duplicó la demanda del servicio”, explican desde la organización de ámbito parroquial, que abastece de leche, carne, aceite o azúcar, incluso ropa de abrigo y juguetes, a quienes no pueden comprarlos por falta de recursos. Esta tarde también repartirán bolsas con productos típicos de la Navidad, que aportan donantes institucionales o anónimos.

La Asociación Vida Digna, que tiene su local en la Praza de Síngulis, en Cangas, atiende regularmente a unas 70 familias “cuando antes de la pandemia no solían pasar de 40”, lamenta el presidente, José Ángel Lorenzo. Esta entidad realizará esta mañana su reparto especial de Navidad con productos como “turrón, galletas surtidas, pollo o marisco”. Su responsable explica que buscan la colaboración de alguna empresa “que nos ayude a adquirir una furgoneta para recoger los alimentos y donaciones, porque ahora mismo estamos sin vehículo”.

Colaboración de A Paralaia

En Moaña los colectivos benéficos constatan también muchas más familias en apuros desde que estalló la crisis sanitaria. “Colaboramos con unas 80 familias. Antes eran sobre 60”, apuntan desde Cáritas Moaña con su sede nueva al lado del templo parroquial de O Carme. Este martes realizaron el reparto de Navidad “y pudimos aportar pescado, calamares o carne como costilla, donados por los vecinos o por empresas de congelados”. Esta entidad destaca la aportación clave del instituto A Paralaia. “Profesores y alumnos nos ayudan y aportarán también los regalos que se repartirán por el Día de Reyes.

En Cáritas de Meira su directora, Lourdes Portela, explica que a sus repartos acuden unas 54 familias, sobre 10 más que hace un par de años. Aceptan donaciones de comida y ropa. “Productos como el aceite y la leche siempre son necesarios”.

En el caso de Bueu Cáritas atiende a unas 70 familias. Una cifra que llegó a ser mucho más elevada durante los peores años de la crisis económica. “La mayoría son personas de aquí, que perdieron su empleo o que por algún tipo de razón se encuentran en situación de riesgo de exclusión”, explica el párroco de la localidad, José López. Estos días comenzará el reparto de las cajas con alimentos y productos para poder pasar las navidades. Desde la organización diocesana destacan la colaboración ciudadana y apuntan que la recogida de alimentos está siempre abierta. “Pedimos especialmente productos no perecederos, artículos de limpieza y de higiene personal”, añaden. El Concello de Bueu, a través del departamento de Servizos Sociais, colabora desde hace años en estas fechas y esta semana entregó 70 cajas con bacalao y coliflor, alimentos tradicionales un muchas cenas de Nochebuena. Estas fiestas son también especiales para los más pequeños y Cáritas Bueu tiene abierta también una campaña de recogida de juguetes para ayudar a los Reyes Magos a llegar a todos los hogares.

Suscríbete para seguir leyendo