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El exmarido de Elena Bouza afirma que su hija no quiere regresar a Tenerife con su madre

Recurrió el auto por el que el juez ordena la devolución inmediata de la menor | La progenitora pide la apertura de un procedimiento por delito penal

Elena Boza, en Cangas. | // SANTOS ÁLVAREZ

La defensa del exmarido de Elena Boza, la madre canaria que lo denunció por “retener” a la hija de ambos en Cangas, incumpliendo el régimen de visitas y el auto del titular del Juzgado de Instrucción Número 3 de Cangas, David Pérez Laya, recurrió esta última decisión judicial. Lo hizo el día 30 de septiembre en el que señala, que se opone a la ejecución del auto. Alega que hubo una fuerte discusión entre madre e hija en Tenerife y que ella la envió a Cangas antes de finalizar el curso escolar, concretamente el día 18 de junio (ella mantiene que subió a la menor en un avión rumbo a Cangas antes del día 1 de julio por una cuestión de precio de los vuelos) y que Elena Boza se había mostrado conforme a que la menor se fuera a vivir con su padre en Cangas. También señala la defensa del exmarido de Elena Boza que ella la dejó sola en el aeropuerto y sin teléfono con el que poder comunicarse. Asimismo mantiene que la menor, desde que abandonó el domicilio materno ha mostrado su firme e irrevocable deseo de no regresar nunca más a Tenerife con su madre y el deseo imperioso de continuar su convivencia con el padre, cursando estudios en Cangas, porque asegura que en Tenerife no tiene un solo amigo, “no saliendo prácticamente de casa salvo para acudir a instituto y no tiene más familia allí que su madre y hermano, los cuales, según relata, la tratan mal y, además, su madre le impide comunicarse con su hermano Juan y con su padre (77 años)”.

Manifiesta la defensa que la madre cambió de opinión cuando el padre presentó la documentación para que firmara la matriculación de su hija en un instituto de Cangas. Se añade que la menor, en todo este mes de septiembre, habló con su madre y le comunicó en reiteradas ocasiones que no quería regresar a Tenerife. “Mi representado ha sido incapaz de hacerle cumplir a su hija con el régimen de custodia establecido, dado el empecinamiento de la menor y la ansiedad que le generaba regresar a Tenerife”. El exmarido presentó también una demanda para modificar las medidas para regular judicialmente la guarda y custodia paterna que “ostenta de facto desde el mes de junio de 2022”.

El día 2 de octubre, el abogado en Cangas de Elena Boza solicita al juez que imponga al exmarido multas coercitivas de 150 euros por día de incumplimiento de su deber de reintegrar a su hija. Pide que se acuerde la suspensión del régimen de visitas establecido a favor del exmarido establecido por sentencia de 28 de mayo de 2019 y que le otorga la custodia a la madre. Solicita que se proceda a la apertura de procedimiento penal por un posible delito de desobediencia por parte del exmarido y que se acuerde, también, todo cuando resulte conducente al restablecimiento del régimen del custodia sobre la menor.

La defensa de Elena Boza recuerda al juez que se mantiene incumplida al obligación por parte del denunciado de reintegrar a la menor a la madre, algo que fue ordenado con carácter inmediato por el auto del 13 de septiembre. “Desde 1 de septiembre, el padre retiene ilegítimamente a la menor de la medida de custodia de la sentencia de divorcio, excediendo, por tanto, ya más de un mes de tal incumplimiento. Conste que tal actuación por el exmarido es significativamente deliberada y consciente, demostrando él no tener ningún respeto ni intención acatar las resoluciones judiciales en tanto en cuanto que previamente, por medio del auto de 18 de agosto de 2022 se señaló que no ha lugar a estimar la petición cursada del exmarido en orden de atribuirle la facultad de elegir el centro escolar en el que inscribir a su hija menor para cursar estudios durante el curso académico 2022-2023”.

Denuncian los abogados que el padre mantiene bloqueada la comunicación telefónica con la madre, negándose a hablar con ella y habiendo permitido voluntariamente una única y brevísima conversación telefónica entre madre e hija el día 10 de septiembre, “en el que la menor, guiada por su padre al que se le escuchaba hablar de fondo, le comunicó a su madre: dice papá que hagas mi traslado de matrícula a Cangas”.

Se relata en el escrito de ejecución forzosa que la situación de la madre hasta la fecha es de absoluta desesperación e impotencia. Afirma que fue en su desesperación, ante el paso de los días y con la situación absolutamente estancada, lo que propició que la madre viaje el 29 de septiembre de 2022 a Cangas. “Los hechos ponen de manifiesto una deliberada y persistente actitud obtaculizadora del padre”.

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