Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La toxina cierra dos nuevas zonas del marisqueo en la ría de Pontevedra y otra en Cangas

En la ría pontevedresa solo queda abierta la zona exterior y el ámbito de Aldán

Un navalleiro descarga ayer sus capturas en la lonja de Bueu. | // GONZALO NÚÑEZ

El episodio de toxinas lipofílicas que afecta a la actividad del marisqueo sigue en aumento en la ría de Pontevedra y llega también a la de Vigo. El Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño (Intecmar) decretó el cierre de los ámbitos de trabajo del fondo de la ría pontevedresa, mientras que en la de Vigo la zona más afectada es la de Cangas.

En la ría de Pontevedra los únicos ámbitos que permanecen abiertos para la extracción marisquera son el I, que se corresponde con la parte más exterior y el entorno de la isla de Ons, y la II, que es la ría de Aldán. El primer cierre se decreto a última hora del martes y afectaba únicamente a la zona III, que comprende desde Mourisca hasta Aguete. Es un cierre que de momento el Intecmar sigue calificando como cautelar y que afectaba únicamente al sector del marisqueo a flote de Bueu. Pero la expansión de las lipofílicas hacia el fondo de la ría de Pontevedra –zonas IV y V- cambia la situación. Ahora es el conjunto del sector el que debe amarrar por esta situación. Entre los que por ahora aún pueden trabajar están los navalleiros, que ya dejaron la zona V para dirigirse al entorno de la isla de Ons.

Desde la Cofradía de Bueu se mostraban ayer una mezcla de cautela y pesimismo acerca de la evolución de la toxina durante los próximos días, sin descartar nuevos cierres. La intención de los barcos del marisqueo a flote de Bueu, que tienen un plan conjunto de explotación conjunto con Aldán y Portonovo, era solicitar un muestreo en la parte de la ría canguesa para intentar volver al trabajo durante la próxima semana.

La evolución de las toxinas lipofílicas también afecta a la ría de Vigo, al ámbito II.1, que se corresponde con la franja litoral que va desde el entorno de Balea hasta el límite entre Cangas y Moaña, mientras que en Vigo es la zona de Canido. El Intecmar decretó el cierre de este ámbito el martes y de momento se desconoce cuándo podría producirse la reapertura.

La más afectada es la flota canguesa del marisqueo a flote, a la que no le compensa desplazarse a otros bancos de la ría debido al gasto en combustible. La mayoría ha optado por cambiar de arte para seguir trabajando en otras especies mientras dure el cierre por culpa de la toxina.

Compartir el artículo

stats