En Agosto de 2016, un pescador de Massachussets llamado Wayne Nickerson, capturó entre sus redes un bogavante canadiense azul eléctrico que dio la vuelta al mundo a través de las redes sociales, la prensa y la televisión. Un hallazgo inusitado, teniendo en cuenta que solo un ejemplar de cada 2.000.000 millones de bogavantes presentan esta tonalidad del zafiro o eléctrico. Hasta le puso nombre. Se llamó 'Skyler' y fue donado al acuario local, lejos de los fogones.

Pues bien, el episodio se ha repetido en los últimos días, pero en aguas de Bueu. El “Ben Feito” es un barco de ese puerto morracense, que durante estas fechas trabaja con los miños para pescar centolla o los denominados pescados de roca, se encontró con una sorpresa: en los aparejos subieron cinco bogavantes y antes del devolverlos al mar (por estar en veda hasta el 1 de julio) sus tripulantes se fijaron especialmente en uno.

Era un ejemplar de un llamativo color azul zafiro, una tonalidad que contrasta con el habitual color oscuro de esta especie. “En más de 30 años que llevamos en el mar jamás habíamos visto algo así”, explicaron a FARO los hermanos José y Manuel Dios, que forman la tripulación del “Ben Feito”.

Tres ejemplares azules en O Grove

Sin embargo, y aunque es un raro ejemplar entre millones, la empresa Mariscos O Grove anunciaba en su blog la aparición de tres piezas del azulado marisco en aguas de Arousa en el año 2020. La entrada de su página web hacía mención al caso del bogavante aparecido hace seis años en Estados Unidos, y explicaba el porqué de su tonalidad, "un fenómeno, que también se da en el bogavante azul gallego, y en la misma proporción escasísima: uno de cada dos millones de bogavantes puede ser azul eléctrico", apuntaba.

No obstante, la empresa gallega ampliaba las tonalidades, asegurando que este tipo de marisco también existe en color lila e incluso verde, pero si hay un ejemplar aún menos habitual que el azul, ese es el bogavante naranja (cuando está sin cocer), del que solo existe uno por cada diez millones de ejemplares. Estas anomalías tienen su raíz en la crustocianina, la proteína encargada de la coloración del caparazón de estos crustáceos. Su exceso o déficit es lo que provoca las diferentes coloraciones, que en el caso del azul supone un grave problema, ya que le impide camuflarse bien en su medio.

Los bogavantes azules capturados por Mariscos O Grove en 2020, junto a otros más comunes. Mariscos O Grove

Así, se convierte en una presa fácil para sus depredadores, por lo que no es muy común ver este tipo de bogavantes en una cetárea de mariscos. "A pesar de ello, a lo largo del año 2020, en Mariscos O Grove hemos tenido la suerte de encontrar hasta tres casos de bogavantes con esta anomalía", concluía el artículo, ilustrado con las fotos de los ejemplares capturados.