Cristina Fontán Domínguez lo tenía claro. No quería que su fallecimiento, más allá de la evidente tristeza que supone para sus seres queridos, se convirtiese en un drama. Por eso antes de fallecer le pidió a sus familiares y amistades que la despidiesen con una fiesta en la que no faltasen la empanada, el vino y la música tradicional. Un deseo que sus allegados cumplieron con una emotiva reunión en las instalaciones del Restaurante Pereiro, en la parroquia canguesa de O Hío.
La fallecida es una de las históricas fundadoras del Grupo Rampesca, creado en 1985 y que tiene su sede en la zona portuaria de O Berbés, en Vigo. Cristina Fontán era licenciada en Filosofía así como en filología gallega e inglesa. Desde hacía años residía en la parroquia canguesa de O Hío, donde era una persona conocida y apreciada.
Cristina Fontán falleció esta semana en su domicilio a los 74 años de edad y a través de su esquela era evidente que se trataba de una persona especial. “A xenerosidade non está só no corpo senón na memoria que persiste, grande e transparente como os ollos cos que nos miraches”, le dedicaba su familia.
Para cumplir con su voluntad de una despedida lo más alegre posible familiares, amigos y allegados se reunieron el día posterior a su fallecimiento en el Restaurante Pereiro para recordarla como a ella le hubiese gustado: con música de gaitas y percusión, empanada y brindis con vino. A la cita acudieron varios músicos con gaitas, percusión y acordeón y entre los que se animaron a tocar estaba uno de los hijos de la propia Cristina Fontán.
Fue una despedida especial y emotiva. Además de brindar por su memoria algunos de los presentes tomaron la palabra para recordar la figura de Cristina Fontán y poner en valor el legado que deja tras de sí en forma de cariño y respeto.
