Con presencia de Policía Científica y Guardia Civil, la Autoridad Portuaria de Vigo procedió esta mañana a levantar del mar la planeadora incendiada en la noche del sábado junto al astillero de O Cocho, en Meira, de la que se investiga su vinculación con el narcotráfico. La lancha quedará depositada en el astillero a la espera de que se pueda proceder a su desguace. Será el mismo astillero quien proceda a desmenuzar la embarcación, clasificando sus restos metales.

La planeadora, por encima de la línea de flotación, quedó calcinada en el incendio, que se cree que fue accidental antes de que su tripulación se dispusiera a acudir a una descarga de droga en alta mar. Solo se salvó el casco. Se trata de un casco de tres capas, siguiendo un modelo italiano de lanchas rápidas, que también están introducidas en el mercado nacional, y que se diseñan así para reducir el consumo y darle mayor estabilidad.

Dotada con tres motores fueraborda, incluso se habla de un cuarto, la lancha podría alcanzar en el mar una velocidad mínima de 70 nudos, cercana a los 150 kilómetros. Cada uno de los motores, que quedaron calcinados, tendría entre 250 y 300 CV.

Según las fuentes consultadas, este tipo de lanchas es frecuente verlas en puertos deportivos de alto nivel, como en Sanxenxo, y se utilizan de recreo por parte de personas a las que les gusta la velocidad en el mar, aunque también son el prototipo de embarcaciones del narcotráfico para el traslado de fardos de droga. Se trata de lanchas muy caras, en torno a medio millón de euros, nada al alcance de de pobres, aseguran fuentes consultadas.

La investigación, de la que se encarga el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Comandancia de Pontevedra, sospecha que la lancha iba a una descarga de droga al encontrarse llena de restos de barriles de gasolina, lo que indicaría que iba a realizar una travesía larga en el mar. El incendio se produjo en la noche del sábado, en torno a las 22:30 horas, y se cree que la lancha estaría en la zona de la playa de O Cocho, en la ensenada de Meira, que es un espacio sin casas muy cercanas, en donde su tripulación, la dejaría a la deriva tras comenzar el incendio, acabando, arrastrada por al corriente, en el astillero, junto a un barco en desguace amarrado en el muelle, en el que estaba trabajando la empresa, que se vio afectado en parte por las llamas de la lancha rápida.