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La planeadora de Meira tenía tres motores y podría estar lista para una descarga de droga en alta mar

En la lancha, ayer calcinada frente al astillero, se pueden apreciar más de dos decenas de garrafas de gasolina. / Gonzalo Núñez

La planeadora que ardió la noche del sábado para el domingo frente a un astillero de Meira, en la zona industrial de O Cocho, tenía unos 10 metros de eslora y contaba con hasta tres motores fueraborda y es una lancha rápida conocida como “zapatilla”, que puede alcanzar grandes velocidades. Este modelo de barco frecuente en Sanxenxo, Portonovo o Vilagarcía, incluso para el marisqueo, con alguna incursión en la ría de Vigo, aunque no con este tipo de motores, sino para la captura de vieira.

Los investigadores amarraron la planeadora al lado del barco para desguace afectado por el fuego. / Gonzalo Núñez

Ayer continuaba fondeada al lado del muelle del astillero Industrias Navales A Xunqueira, junto al barco para desguace que se vio también afectado por las llamas. Rodeado por una red de contención de vertidos, investigadores de la Policía Judicial trabajaron durante la mañana en la embarcación para tratar de esclarecer lo ocurrido, con las dificultades que entraña el hecho de que esté totalmente calcinada y no se puedan tomar huellas. La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil se hizo cargo del caso y cobra fuerza la hipótesis de que esté relacionado con una descarga de droga.

El operativo de extinción se prolongó hasta más allá de las dos de la madrugada. | F.G.S.

La principal línea de investigación abierta trabaja en que la lancha estaba lista para acudir a recoger droga u otro tipo de mercancía ilegal en algún buque a bastante distancia de costa, de ahí que estuviese cargada con decenas de garrafas de gasolina, para garantizarse la autonomía durante todo el trayecto. De hecho, ayer se contaban más de 20 garrafas de gasolina totalmente visibles, a pesar de las horas bajo las llamas y a que muchas de ellas se derritieron con la deflagración. Todo apunta, por lo tanto, a que el fuego se originó por un accidente, y no de forma intencionada, como se temía durante los trabajos de la primera noche.

Las sospechas entre los investigadores saltaron también porque unos 15 minutos antes del incendio la Guardia Civil fue alertada de un falso intento de suicidio en el puente de Rande, llamada que podría ser una maniobra de distracción.

El barco tenía también una torreta metálica para comunicaciones y doble casco, lo que impidió que se hundiese pese a recibir muchos litros de agua durante la intervención de los bomberos. Ya esa primera madrugada eran visibles muchas garrafas de gasolina flotando en el interior del barco.

Desde el astillero, que explicaron que el barco no estaba frente a sus instalaciones el sábado cuando acabó el turno de trabajo, señalan que hace más de dos años que no tienen cámaras de seguridad operativas por culpa de un cambio en la normativa que le impide instalarlas a 12 metros de altura, como estaban antes. “Si las bajamos a tres metros no tienen sentido porque grabarían todo el tiempo las piezas metálicas”, apuntan.

Según ha podido saber FARO, las prendas que los agentes de la Guardia Civil recogieron en la subida a A Peregrina la noche del suceso era ropa de agua. Trabajadores de la zona aseguran que no estaba tirada en días anteriores, por lo que se sospecha que pertenezca al ocupante u ocupantes de la planeadora que, tras el incendio, escaparía del lugar antes de que llegasen los equipos de emergencias.

El primero en ver la columna de humo fue un trabajador de Industrias Navales A Xunqueira, que llamó al dueño directamente y este empezó a rociar con una manguera el fuego justo cuando llegó la Guardia Civil. El operativo contó después con la intervención de efectivos de los Bombeiros do Morrazo, de Vigo y de Ribadumia, así como con Protección Civil de Cangas. Intervino también la Policía Local moañesa, que entregó ya sus diligencias a la Guardia Civil.

Poco a poco se conocen detalles sobre el trabajo de los bomberos. En un primer momento, alrededor de las 22.30 horas, se centraron en apagar la nave que sí pertenecía al astillero y que estaba en fase de desguace. Cuando llegó la lancha de salvamento “Salvamar Mirach” remolcó la planeadora en llamas para apartarla del complejo industrial, minimizando así el riesgo de que el fuego causase más daños. La operación se realizó en varios intentos, ante las altas temperaturas que se generaron por todo el combustible que ardía y que ocasionaba columnas de fuego cada pocos minutos.

Se desconoce la identidad del propietario del barco, que incluso podría haber sido robado. Desde la Cofradía de Moaña señalan que ninguno de sus trabajadores echó ayer en falta su medio de trabajo.

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