La Xunta de Montes en Man Común de Moaña dio la voz de alarma este domingo, al recuperar sus asambleas durante la pandemia. Los fondos que el Estado recibe de la Unión Europea para compensar a los que gestionen masas forestales con capacidad para captar dióxido de carbono (CO2) no beneficiará a la inmensa mayoría de los colectivos de comuneros de Galicia. La razón está en las estrechas condiciones recogidas por el Real Decreto del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Mientras tratan de que la Oficina Europea del Cambio Climático fuerce un cambio en los requisitos, de momento Moaña no podrá ser compensada por ninguna de las 300 hectáreas de monte comunal que gestiona.
Algo similar ocurre en el resto de comunidades de montes del municipio, según explicaban ayer sus responsables. En Meira, Javier Fernández explica que en estos momentos ninguna de las 450 hectáreas de monte en común de la parroquia podrán ser compensadas. “Solo se recogen las plantaciones más recientes de ciertas especies o las áreas que ardieron desde el año 2013 y que fueron repobladas”, indica. Es cierto que en Meira hubo un pequeño incendio en el año 2015, pero no se acometió una plantación específica para esa zona, sino que se cuidó de que el monte se regenerase solo.
“No tiene ningún sentido que las masas forestales que llevan 40 o 50 años consolidadas y fijando CO2 no sean compensadas y los sitios en los que arde sí que reciban estos fondos”, critican desde Meira. Y es que los comuneros a nivel gallego entienden que la redacción actual del decreto incentiva a aquellos que no luchan convenientemente contra el fuego.
“Estos fondos proceden de las empresas que compran derechos de emisiones en toda Europa. Lo normal es que se repartan entre los que cuidan de masas forestales, dándole así un nuevo rendimiento al monte”, concluyen.
Domaio, por su parte, es la parroquia con más monte comunal, sumando un total de 800 hectáreas. Su presidente, Juan Santos, entiende que la mayoría de ellas tampoco se podrán presentar para estas compensaciones, aunque los técnicos estudian si “al menos unas 200 hectáreas pueden entrar, por plantaciones de castaños y otras especies que hicimos en los últimos años en zonas como Chan de Grixó o el entorno de Chan da Arquiña”.
