El sector de la hostelería de O Morrazo ha acogido con desilusión y críticas el nuevo Plan de Hostalería Segura presentado por la Xunta de Galicia porque consideran que supone un “endurecimiento real” de las restricciones y los aboca a trabajar en la “ilegalidad”. Así lo consideran desde la Asociación de Restauración de Cangas (Areca) y la Asociación de Hostelería de Moaña, que están integradas en la plataforma autonómica.

El plan presentado por el gobierno establece que entre los requisitos para acceder a las distintas clasificaciones sanitarias es obligatoria la formación del personal según una serie de contenidos fijados por la Dirección Xeral de Saúde Pública. El caso es que hasta la fecha no se conocen los aspectos de esa formación obligatoria. “Así, se nos exige trabajar en una situación de ilegalidad, obligándonos a una declaración responsable. La situación es grave, surrealista y esperpéntica”, afirman los hosteleros de O Morrazo.

El sector también se muestra molesto porque entiende que las directrices del plan busca responsabilizarle de las posibles restricciones cuando establece que esas limitaciones dependerán de “su nivel de compromiso”. Se trata de algo “intolerable” porque aseguran que “no solo hemos demostrado nuestro compromiso, sino también nuestra responsabilidad con las distintas restricciones a pesar de considerarlas injustas y discriminatorias”, se quejan desde Cangas y Moaña.

La hostelería denuncia que el plan presentado por la Xunta de Galicia no fue consensuado con la mayoría del sector y pide una negociación para adaptarlo al contexto real. Las asociaciones creen que en realidad se trata de un “endurecimiento real” del nivel de limitaciones, además de suponer un importante desembolso económico para adaptarse a las nuevas medidas. Una situación que creen que contrasta con lo que ocurre en el resto del territorio del Estado.