El arte efímero desafía a la pandemia

Alfombra de la Praza Massó de Bueu, de 150 metros cuadrados de superficie.

Alfombra de la Praza Massó de Bueu, de 150 metros cuadrados de superficie. / Santos Álvarez

C. Collarte/Cristina G.

Sin la magnificencia de la época prepandemia, pero sin perder un ápice de creatividad y de su filosofía colaborativa, Bueu celebró el Corpus con la elaboración de dos alfombras florales que mantienen la tradición a la espera de tiempos mejores. La apuesta central de la Asociación Alfombras de Bueu fue un tapiz de 150 metros cuadrados en la Praza Massó en cuyo diseño se homenajeaba a destacados alfombristas del municipio. Celsa Estévez, Mari Rodríguez, Lalá Pereira, Pacucho Estévez o Fita González eran algunos de los personajes que por un día pasaron a estar “en el otro lado”.

Manxadoira interpreta una pieza ante la alfombra floral de la iglesia de Bueu.

Manxadoira interpreta una pieza ante la alfombra floral de la iglesia de Bueu. / Santos Álvarez

Ese carácter de reconocimiento colectivo también se manifestó, como no podía ser de otro modo, en la elaboración del tapiz, en el que participaron un centenar de personas, llegadas desde asociaciones como Discamino, la asociación juvenil Doira de Vigo o la mexicana Chichen Itzá. Entre todos los participantes llevaron a buen término una alfombra en la que se invirtieron 18 horas de trabajo y un buen número de los materiales tradicionales de Bueu: hortensia, margarita, flor seca, semillas, virutas, concha de berberecho triturada y pintada, concha entera... “Ha sido un esfuerzo enorme, con el calor que hacía, y sin haber parado”, señaló la presidenta del colectivo alfombrista de Bueu, Carmen Santos, a la vez que destacó “la dificultad que tenía, porque no es lo mismo apostar por un diseño figurativo que por uno más geométrico”. Prueba de ello es que el trabajo se finalizó a las 3 y media de la madrugada de ayer.

En la iglesia se optó por un diseño más tradicional y por utilizar únicamente flor. No hubo procesión, pero el párroco salió con la Custodia para realizar la bendición en un acto en el que estuvieron presentes el alcalde, Félix Juncal, la portavoz del PP, Elena Estévez y la propia Carmen Santos. La esperanza, de cara al año próximo, es recuperar la normalidad también en las celebraciones alfombrísticas. “Es una de las fiestas más importantes del pueblo y la única forma de mantenerla es con el pueblo, por eso animo a todo el mundo a que en 2022 la gente participe y se eche a la calle”, señala la presidenta de la asociación.

Otro de los focos de alfombras en O Morrazo está en la parroquia de San Martiño, en Moaña, en donde la Asociación Alfombrist@s de San Martiño, que preside Jose Manuel González, realizó dos tapices, uno en el interior de la iglesia, de 2x3 metros y elaborado con serrín tintado, dedicado a San José; y otro en el exterior, de más tamaño, en flor natural, dedicado a la paz y con una paloma como motivo. José Manuel González espera que el próximo año se pueda volver a la normalidad en la celebración del Corpus ya que en esta ocasión y debido al COVID no se pudo realizar tampoco la tradicional cenefa, desde la iglesia hasta el cruceiro.

Alfombristas con el diseño del interior del templo de San Martiño.

Alfombristas con el diseño del interior del templo de San Martiño. / Santos Álvarez

Pese a todo, la iglesia parroquial se llenó ayer de gente en la celebración del Corpus y los vecinos disfrutaron con los mantos multicolores. Detrás de ellos está el trabajo de una quincena de personas, muchas de ellas mujeres, que estuvieron durante la última semana recogiendo flores y preparándolas, picando también el verde del fiuncho. El presidente de los alfombristas reconoce que este año las flores se retrasaron por lo que trabajaron, sobre todo, con hortensias, con los colores más primarios (blanco, azul y rojo-rosáceo).

Trabajando en el exterior de la iglesia de San Martiño, en Moaña.

Trabajando en el exterior de la iglesia de San Martiño, en Moaña. / Santos Álvarez

La primera de las alfombras, en el interior de la iglesia, la empezaron a realizar en la tarde noche del viernes y concluyeron sobre la una de la madrugada del domingo. La otra la comenzaron a las ocho de la mañana, con otro turno de personas voluntarias.

Dos de las vecinas de San Martiño preparando las flores.

Dos de las vecinas de San Martiño preparando las flores.

José Manuel González agradece el trabajo de todas estas personas, muchas veces anónimas, que nunca salen, pero sin las cuales estos tapices del Corpus no serían posibles. Entre estas personas había algunas de más de 80 años que colaboraron con la recogida y preparación de las flores.

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