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Familias con hijos con parálisis cerebral se quejan por la interrupción de terapias

Un padre asegura que la Unidad de Conciertos dejó sin sesiones a su hija de 11 años a pesar de que el médico reflejó en su informe que era urgente continuarlas | Denuncian fallos

Raúl Novas (arriba, pantalón corto), con familias de niños con parálisis cerebral en Moaña. | // FDV

El cangués Raúl Novas es padre de una niña de 11 años con parálisis de un lateral del cuerpo, que le produjo un ictus cuando tenía tres años, y es un luchador para que la menor cuente con todas las ayudas de rehabilitación posibles que les permite la Seguridad Social. Con otras familias de O Morrazo se movilizó en septiembre pasado cuando tras la pandemia, el Sergas no retomaba las terapias, que finalmente llegaron en octubre. Pero ahora nuevamente vuelven los fallos como ha ocurrido a su familia. Asegura que, desde noviembre, algo más tarde que los demás porque al principio su hija no figuraba en las listas, la menor recibía terapias concertadas con la Seguridad Social en el centro San Rafael de Vigo.

Raúl Novas siempre pensó que sería la misma fórmula de siempre, terapias continuadas, pero hace unos dos meses la terapeuta les informó que se le acababan las sesiones, ya que el sistema había variado y si el médico no hacía constar las sesiones concretas, la paciente pasaba a un listado de espera para entrar de nuevo en el programa.

Raúl Novas asegura que acudió a Atención al Paciente para pedir una consulta con el médico rehabilitador de su hija quien le habilitó más terapias, y pensó que el problema estaba resuelto y la niña ya estaba cubierta. Pero este miércoles, en el centro San Rafael le volvieron a indicar que las terapias acababan, que solo tenía dos sesiones más, que la Unidad de Conciertos del Sergas, que es quien abona las terapias a los centros, no verificó la necesidad de más sesiones y que dicha Unidad es la que tiene potestad sobre el médico rehabilitador. Por esta razón asegura que acudió al Hospital Meixoeiro de Vigo para presentar una reclamación porque su hija no se podía quedar sin las terapias. Asegura que no era cierto que la Unidad de Conciertos tuviera potestad sobre el médico y que es el facultativo el que está por encima de todo, pero que tiene que poner en su informe que el niño necesita tener continuidad en su terapia.

El siguiente de paso de Raúl Novas fue concertar una entrevista con el médico rehabilitador para saber, de la mejor manera posible, por qué se acababan las sesiones para su hija. Este padre insiste en que ellos no son números, sino personas, que estos niños están muy necesitados de la terapia y que es triste que tengan que pelear de esta manera. Raúl Novas se siente engañado y que lo mismo le ocurrirá a otras familias en su misma situación. Ayer por la tarde finalmente pudo conversar con el médico quien le confirmó que en su informe había puesto que es urgente seguir con las sesiones, por lo que asegura que la Unidad de Conciertos fue la que leyó mal o no leyó lo que reflejaba el doctor, “jugando con la salud de los pacientes”. En el centro San Rafael le insistieron en que ellos se rigen por lo que el Sergas les manda, que atienden a todos los pacientes que les mandan y que si desde la Unidad de Concierto no lo aprueban no pueden hacer más, que las normas cambiaron y que un paciente al acabar unas sesiones tiene que pasar a una lista de espera. Este padre cangués tiene previsto acudir hoy a la Unidad de Concierto en el Hospital Álvaro Cunqueiro para pedir una explicación de lo que sucede con las terapias de su hija, con una minusvalía muy importante.

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