Apertura de zanjas para canalizar la manguera. | // FDV

Diseño en clase de los estanques del patio. | // FDV

El director del colegio de O Hío, Claudio Lamosa, lleva varios años inculcando a los alumnos la importancia del correcto saneamiento y cómo se puede llegar a ello respetando los cauces naturales de las aguas pluviales para que no vayan al saneamiento y lo desborden. Comenzaron un proyecto medioambiental para conocer cómo estaban los vertidos de las casas en la parroquia viendo cómo, casi a diario en invierno y con las lluvias, el bombeo de Vilariño desborda y las aguas fecales acaban en la ría de Aldán y en la lagoa.

Como continuidad a ese proyecto, los alumnos de cuarto de Primaria empezaron a trabajar en el diseño de dos estanques para recoger las aguas pluviales del tejado, que cuando llueve caen en trombo, así como la de un manantial, y evitar así ese alivio de las fecales en el bombeo en lo que respecta al colegio. Para este proyecto, que han denominado “Xogos de auga” recibieron 6.000 euros de la Jefatura Provincial de Educación en Pontevedra y se pusieron manos a la obra. Diseñsaron primero en clase un sistema de depuración de pluviales mediante estanques de macrofitas, que este sábado pasado empezaron a construir con la ayuda de las familias de los 17 alumnos de 4º de Primaria a los que hoy se suman los abuelos rederos de la parroquia. Ellos van a construir, con una red donada por un armador local, una malla de contención en uno de los taludes del manantial.

Los estanques de depuración están integrados en el patio del colegio. La intención era haber podido iniciar la construcción el curso pasado, aunque el confinamiento paró esta hermosa iniciativa que ahora se retoma y que ilusiona e involucra a toda una parroquia, ansiosa por ver mejorado su saneamiento de forma natural. Porque el objetivo, dice el director, es que sirva de ejemplo a los vecinos y al Concello de lo que debería ser una gestión sostenible de las aguas pluviales en una aldea integrando las lagunas naturales que en la parroquia son una por aldea, excepto en Pinténs. A lo largo del curso, los niños realizaron las mediciones de los estanques, marcaron sobre el terreno la zona para que trabajara el palista y la gran obra comenzó. Aprendieron a sumar números decimales a interpretar planos, a medir y el sábado se juntaron niños, familias y docentes para empezar el trabajo sobre el terreno. Se abrieron zanjas para enterrar la manguera que llevara el agua que nace en el manantial a la zona de “xogos da auga”, que va a servir al mismo tiempo como elemento de juego para los niños en el patio. Claro está se trata de manantiales de poca altura. Todo este agua pluvial recogida, discurrirá después por el río do Lagar y la lagoa de Vilariño.