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La maleza la acosa por todos los flancos, pero aún así esta señal de tráfico en el entorno del centro de salud de Cangas parece resistir orgullosa y alzar la cabeza en medio de la vegetación. Sirva de aviso a los conductores, a los que le recuerda que no se puede parar ni estacionar y que la grúa está al acecho. ¡Casi como en la propia selva!

O ROMPEOLAS

Rodeada, pero no vencida.

La centolla, a precios de menú del día

Si no fuera porque buena parte de la hostelería morracense está inactiva por obra y gracia de la pandemia de Covid-19, estos días bien podrían incluir la centolla en su menú del día, para satisfacción de obreros y comensales de buen diente y bolsillo escaso. Por los ocho o diez euros que cobran en estos templos del comer a precio de coste podrían incluir una centollita o un bruño para compartir, dando una alegría a los comensales y otra a los marineros, que, con un ojo puesto en la curva de contagios, no auguran una campaña navideña a la altura de las que ya son tradicionales.

Los festivales aguardan a otras navidades

No solo comidas de empresa y papatorias familiares se resienten este año por el coronavirus. También los festivales navideños de tantos colectivos morracenses que a fin de año celebran uno más y lo comparten con sus asociados y público que les echa una mano. El de Aspamsim es uno de los obligados y tampoco se libra, pero no tira la toalla. Ya lo dijo el filosofo:Dejemos el pesimismo para tiempos mejores.

Con lluvia, cocido

Aquí la meteorología invita, y con lluvia pocas casas hay donde no entre a gusto un buen cocido. El buen comer en un placer.

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