Hubo llantos, pero pocos en la apertura de las cuatro escuelas infantiles A Galiña Azul de O Morrazo, las primeras en estrenar el nuevo curso escolar y los protocolos frente al Covid-19. La entrada de los niños con sus padres se hizo por grupos reducidos y no acudieron todos, solo los de renovación, algo más de un centenar de 1-2 años y de 2-3, que ya habían estado el año pasado, por lo que no hubo aglomeraciones de las familias a las puertas de los recintos. La jornada transcurrió con normalidad, eso sí fue más silenciosa que otros años y guardando la distancia a la que obliga el Covid-19. El lunes, el período de adaptación para los niños de estos centros, que gestiona el Consorcio Galego de Benestar en convenio con los Concellos, se irá ampliando con más horario y el martes se prevé que empiecen a entrar los bebés, de 0 a 1 años así como que se vaya implantando a lo largo de septiembre el horario completo, que en algunas escuelas es de 07:30 a 18:00 horas incluyendo comedor, en función también de cómo evoluciona la situación de la pandemia y la propia adaptación de los niños.

La prueba de fuego estará en el jueves día 10, cuando abran los colegios para las etapas de Infantil y Primaria. Ya se habla de miles de alumnos. Según los datos que ayer confirmó la Consellería de Educación, en este curso están matriculados 4.400 alumnos en la comarca, 107 menos que el curso anterior.

En Cangas iniciarán el curso 2.251 alumnos (644 en Infantil; 1.606 en Primaria y 1 en Educación Especial) frente a los 2.304 del curso 2019 (53 menos). En Moaña serán 1.350 (405 en Infantil y 945 en Primaria) frente a los 1.379 del curso pasado (29 menos); y en Bueu serán 799 (245 en Infantil y 554 en Primaria) frente a los 825 del curso 2019/20 (25 menos).

Por lo que respecta a las guarderías, en las de A Choupana y O Hío, en Cangas, había dudas de cómo sería la vuelta de los niños después de tantos meses, ya que los centros cerraron en marzo por culpa de la pandemia. Pero aseguran que todo transcurrió de forma muy positiva. Las educadoras reconocen que los padres cumplieron perfectamente los protocolos de seguridad frente al Covid. La entrada de los niños fue escalonada, por grupos y horarios reducidos, y tras la presencia de unos, el aula se desinfectaba para acoger a otros. No hay intercambio de niños de un aula a otra y los patios también están separados. Se han convertido, quizás, en extensiones de las aulas, como así señala una responsable de A Galiña Azul de Bueu, en O Valado, que yaer abrió con unos 30 niños. El hecho de que cada aula tenga salida al exterior, les permitió hacer actividades al aire libre. En este centro estuvieron los padres con los niños durante la hora que permanecieron este primer día. En algún otro se permitió también la entrada de los padres -uno por niño- hasta el aula, pero sin moverse de la silla y a distancia, con calzas en los zapatos..

Las educadoras aseguran estar "animadas, con ganas de trabajar, aunque con dudas y preocupación como también tienen las familias, pero nos estamos adaptando lo mejor posible".

Hasta el día 16 no se recuperará el horario completo en estos centros. En A Choupana es, por ejemplo, de 07:30 a 18:00 horas e incluye comedor, un servicio que se prevé abrir para entonces, dependiendo de cómo evolucione la situación y también de cómo sea la adaptación de los niños o de las propias necesidades de las familias.

En A Galiña Azul de O Hío acudieron ayer una treintena de niños de renovación. Los padres cumplieron con el protocolo y entregaron los pequeños a las educadoras con la ropa cambiada y sin los zapatos de la calle. Fueron entrando por grupos, de 7-8 niños y estuvieron poco tiempo, atendidos por las 10 maestras y educadoras con una PSX, que es personal de servicio de limpieza: "Estamos animadas, a la expectativa. Esto es nuevo y hay que llevar el protocolo a rajatabla, viendo fallos y mejorando". En la escuela infantil de O Hío tiene previsto establecer el horario completo, con el comedor, a lo largo de este mes de septiembre.

En la Galiña Azul de Quintela, en Moaña, comenzaron los 12 niños de 1 a 2 años y los 19 niños de 2 a 3 años. La mañana transcurrió con la normalidad propia de estos tiempos de pandemia. El proceso de entrada, con el cambio de zapatos y el cumplimiento del protocolo al pie de la letra, fue lento pero los padres se lo tomaron con paciencia. Los alumnos de una y otro aula no tuvieron contacto entre sí y disfrutaron de espacios separados. Las educadoras no se quitaron la mascarilla durante todo el horario de apertura y los pequeños disfrutaron de los juguetes en el patio debidamente desinfectados. El Concello se encarga de las desinfecciones, al igual que hará en cada uno de los centros de Infantil y Primaria que comienzan sus clases el día 10.

Precisamente el concejal de Ensino, Juan Parcero, se reunió esta semana con los directores de los colegios para pactar el protocolo de desinfecciones. El Concello contrató a nueve limpiadores, uno por colegio. Cada centro debe realizar un plan de horarios y zonas a desinfectar. Acometerán tres limpiezas cada mañana en las zonas comunes como los baños o pasillos. La primera será antes de la llegada de los pequeños y después del plan madruga. Además, se desinfectarán puertas, pomos y pasamanos a lo largo de toda la mañana.

Además, el Concello de Moaña se comprometió a contratar un conserje que acudirá cada día al mantenimiento de un colegio, con la excepción de Domaio que ya tiene uno y de Seara y Reibón que comparten otro. En la reunión Parcero explicó también que se licitará la compra de nuevas alarmas antirrobo en todos los colegios.