Casi seis meses después todos los polígonos mejilloneros de la comarca de O Morrazo vuelven a estar abiertos y operativos. La toxina ha remitido por completo de las aguas de la comarca de O Morrazo, que era prácticamente la única zona de Galicia que en estos momentos aún contaba con parques bateeiros cerrados. Los últimos en recibir el visto bueno por parte del Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño (Intecmar) fueron el Cangas A, situado en Aldán con algo más de una treintena de bateas, y el Bueu B, que cuenta con unos 25 viveros flotantes delante del litoral de Beluso.

El sector mejillonero reconoce que esta apertura en mitad del verano es un "alivio" después de varios meses de cierre, aunque apuntan que no se trata del mejor momento para el mejillón. "Depende mucho de la zona en la que esté la batea, pero a estas alturas del año no suele tener mucha comida", explican desde la asociación de mejilloneros de Aldán. Una situación muy similar a la que señalan desde Bueu, cuyo producto tiene entre sus características más reconocidas su tamaño.

Así, la mayoría de la producción se destina para el mercado en fresco y canal de hostelería, salvo "pedidos puntuales" para la industria. La apertura total de bateas en Galicia hace también crezca la competencia entre los mejilloneros de las distintas rías y que los depuradores tengan más oferta entre la que elegir.

Este año el cierre por culpa de las toxinas se adelantó más de un mes con respecto a lo que sería habitual. Los tres polígonos bateeiros de Bueu ya estaban cerrados en los primeros días de febrero y poco después le ocurrió lo mismo a los de Aldán. Hubo una breve y casi inédita reapertura antes de Semana Santa, pero a la que apenas se pudo sacar partido debido al confinamiento originado por el coronavirus.

Por contra, la toxina lipofílica este verano desapareció antes de las aguas de la comarca. La circunstancia tampoco se pudo aprovechar hasta ahora porque coincidió con un episodio de toxina PSP o paralizante, que por ejemplo en el caso de Bueu mantuvo algunos polígonos con un cierre cautelar durante al menos dos semanas.