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La piscina de Bueu afronta la colocación de una "cortina" de más 400 m2 de vidrio y paneles solares

Esta fase de la obra le dará al edificio una llamativa imagen externa - En los próximos días llegará la maquinaria interior

La fachada de la piscina, con los paneles de vidrio. Al lado se colocarán más de un centenar de placas solares. // Gonzalo Núñez

La obra de la piscina de Bueu afronta desde esta semana una de las fases más importantes, en la que se consolidará la llamativa apariencia exterior del edificio. La contratista ha comenzado a cubrir la fachada principal del edificio con una inmensa "cortina" de más de 400 metros cuadrados de vidrio y de paneles térmicos y fotovoltaicos, un sistema pensado para reducir el coste de climatización del interior de la piscina.

El frente principal del complejo está orientado al sur, con un muro inclinado que supera los 400 metros cuadrados de superficie. A su vez ese espacio se divide en dos áreas. Una es la que se conoce propiamente como "muro trombe", una solución arquitectónica que permite reproducir en el interior del edificio una especie de efecto invernadero. "Entre el muro y esa cortina de paneles de vidrio queda una cámara de aire. El cristal deja pasar la radiación solar, que calienta el aire que hay dentro de la cámara. Ese aire no se escapa, sino que tiende a subir y entra a la piscina a través de unos orificios situados en la parte superior de la piscina", explica el concejal de Urbanismo de Bueu, Martín Villanueva.

La parte que se corresponde con el "muro trombe" se sitúa justo delante del vaso de la piscina. La orientación hacia el sur de la fachada principal del edificio tampoco es casual. "Es la orientación que recibe una mayor incidencia solar", añade el edil. La acción del sol permite "cargar de calor" al muro, un calor que luego desprende de manera paulatina durante horas. "También está pensado para que haya circulación, cogiendo el aire frío del interior para calentarlo y volver a introducirlo", señalan desde el Concello. La reciente aprobación del modificado del proyecto sirvió para automatizar ese proceso de entrada de aire, que antes se iba a realizar de manera manual. Ahora habrá un sistema que medirá la temperatura y en función de la misma abrirá o cerrará los orificios que dejan circular el aire.

Esa "cortina" de vidrio ocupará cerca de 220 metros cuadrados y a su lado habrá otro espacio de idénticas dimensiones, pero completamente recubierto con paneles térmicos y fotovoltaicos. Son un total de 112 placas: 76 térmicas y 36 fotovoltaicas. Las primeras son las encargadas de dotar al edificio de agua caliente y los segundos generan energía eléctrica.

El resto de la obra de la piscina está muy avanzada y solo resta la puesta a punto del "corazón" del complejo. "Son el conjunto de máquinas como la climatizadora, deshumectadora o la de los filtros de la piscina y que permiten que funcione todo el espacio", señala Martín Villanueva. La entrega de este material se demoró por la incidencia del coronavirus y ahora se prevé que llegue en los próximos días al municipio.

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