La asociación de vecinos O Progreso de Beluso ha anunciado su disolución definitiva, poniendo de este modo punto y final a una trayectoria que comenzó en 1993. La ausencia de un relevo y el lógico cansancio del grupo de personas que ha estado al frente del colectivo a lo largo de los últimos tiempos ha sido el detonante para la desaparición de una de las agrupaciones vecinales más representativas del concello buenense. De hecho, en los últimos cuatro años ya no tenía actividad y estaba dirigida por una junta gestora, habida cuenta de que las elecciones celebradas en 1993 se habían saldado sin que se presentase candidatura alguna. "Eramos a mesma xente, case sempre estabamos os mesmos nas directivas", apunta una de esas personas vinculada a O Progreso durante casi toda su existencia.

Esta semana se desarrolló el último acto público de O Progreso, con el reparto de los fondos que todavía tenía entre cuatro colectivos del municipio: la Cultural Deportiva Beluso, el Anpa Cabo Udra, el Bueu Atlético de Balonmán y la Coral Polifónica. Fue el punto y final para esta asociación que a lo largo de su vida únicamente tuvo dos presidentes, Faustino Sobral y Manuela Cerviño.

Atrás queda una trayectoria marcada tanto por el carácter reivindicativo como por la organización de diferentes actividades culturales. Entre las primeras se encuentran las peticiones para el arreglo de la Recta do Peón, la sustitución de la placa de la Casa do Pobo, el parque Novas o la habilitación del aparcamiento frente a la propia Casa do Pobo. Pero tampoco se puede olvidar la celebración de la Romaría das Letras Galegas o del festival de comparsas, cuyo relevo cogió años después el Bueu Atlético. Su sello ha quedado impregnado en una parroquia que a partir de ahora se queda un poco más huérfana.