Un inmigrante con residencia en Cangas de mediana edad y el veinteañero "gigoló" que supuestamente había contratado para su mujer fueron detenidos la pasada madrugada de Reyes como consecuencia de la denuncia que interpuso ella, una mujer de alrededor de 50 años, contra los dos. A él lo denunció por maltrato y a los dos por abusos sexuales.

Los hechos ocurrieron en un conocido hotel de Cangas. Según fuentes próximas a la investigación, el inmigrante había contratado a un "gigoló", supuestamente, vecino de Vigo, para estar con su mujer en el hotel. El caso es que ella ya había presentado demanda de divorcio contra él en los juzgados de Cangas y hay fuentes que aseguran que el joven "gigoló" era una de las condiciones impuestas por la mujer para llegar a una reconciliación. Otra versión que circula es que ella no sabía que el amante que iba a tener había sido contratado.

El marido alquiló una habitación en un hotel céntrico de la villa morracense. Parecía que todo estaba pactado, de hecho los tres subieron juntos a la habitación. Pero lo que se suponía iba a poner fin a las desavenencias de la pareja terminó con los tres en los juzgados de Cangas.

Fue una noche de escándalo y de mucho beber alcohol. La juerga era tan elevada en la habitación que el portero de noche del citado establecimiento se vio obligado a llamar a la Guardia Civil. Fue entonces cuando ella denunció y su marido y el "gigoló" fueron detenidos. Las fuerzas del orden los presentaron a ambos en el juzgado de Guardia, que el día de Reyes Magos era el Juzgado de Instrucción Número 1, aunque después pasó el caso al Juzgado Número 2, que es el que lleva en Cangas los casos de violencia de género.

La mujer no tardó en retirar la denuncia y el marido salió con una orden de alejamiento. El fiscal, tras escuchar las declaraciones, no tiene intención de presentar denuncia, por lo que se supone que el caso no tardará en sobreseerse. Cuentan que el amante de alquiler no entendía como había acabado detenido, acusado de abuso sexual cuando él viajó a Cangas con la misión que le había encomendado el marido.