Síguenos en redes sociales:

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Parte del personal, ayer, saliendo de las instalaciones de la conservera tras reunirse con los sindicatos. // Gonzalo Núñez

Estado del sector conservero en la comarca

Conservas Iglesias cesa su actividad de forma temporal y busca soluciones a la falta de liquidez

A partir del lunes la mayor parte de su personal pasará al paro, mientras la empresa no cuente con circulante para aprovisionarse de materias primas -Los bancos bloquearon el crédito a la compañía centenaria

La incertidumbre sobre el futuro de Conservas Iglesias crece entre la plantilla tras ser advertida por el administrador de la compañía de que cesará su actividad si no logra liquidez, acuciado por la decisión de las entidades bancarias de retirar el oxígeno financiero que necesita para pagar a proveedores y abastecerse de materia para trabajar. Ayer mismo las trabajadoras conocían que la empresa cesará su actividad productiva de forma temporal este mismo lunes -hoy es festivo en Moaña- precisamente por la falta de producto para continuar. Desde el abogado de la compañía explican que los responsables siguen negociando con otras entidades financieras para buscar la liquidez que les permita retomar la actividad.

A la salida de su turno laboral los trabajadores de la conservera mantuvieron ayer una asamblea con responsables de los tres sindicatos con representación en el comité de empresa: CIG, CUT y UGT, a los que trasladaron este parón de la actividad que en principio no tiene fecha límite. Desde la CIG y la CUT explican que Conservas Iglesias cuenta con unos 70 empleados entre su nueva fábrica de Moaña y su almacén de O Porriño. Tres cuartas partes de la plantilla tiene un contrato fijo discontinuo, por lo que durante este parón de la actividad pasarán al paro, mientras esperan a una hipotética recuperación de la carga de trabajo.

Ante esta situación, los sindicatos solicitaron ayer mismo una reunión de urgencia con la dirección de la empresa "para que se nos facilite toda a información sobre a situación real" con el objetivo de poder informar correctamente a una plantilla que se muestra intranquila.

"Temos que respaldar aos traballadores que nos amosan o seu malestar, por iso é necesario que a empresa nos facilite unha información da que todavía carecemos", explicaba ayer la portavoz de la CUT, Maruchi Álvarez. Hasta contar con datos reales sobre el estado de las finanzas de la conservera, los sindicatos evitan pronunciarse al respecto. Eso sí, insisten en que "se non hai unha contraorden esta fin de semana" el lunes Conservas Iglesias no tendrá actividad.

Asimismo, en la reunión la plantilla informó también a sus representantes sindicales de que los responsables de la empresa solicitaron acogerse a un preconcurso de acreedores. Con esta figura tendrán tres meses para negociar un acuerdo de refinanciación con sus acreedores y un mes más para solicitar un concurso de acreedores si es necesario.

La mayoría del personal está formado por mujeres que se integran en las líneas de transformación. En estos momentos la conservera cuenta con tres líneas operativas, desde que invirtiese 5,5 millones de euros en trasladar la planta desde las naves de Ojea en Cangas hasta la antigua sede de Cruzmar, en Moaña. Una parte del personal, sobre todo de mantenimiento, cuenta con un contrato fijo y no puede recurrir al subsidio de desempleo mientras se intenta recuperar la actividad.

Desde los sindicatos recuerdan también que otro sector perjudicado es el de las trabajadoras contratadas a través de Empresas de Trabajo Temporal (ETT) cada vez que hay una fuerte carga de trabajo, y cuyos niveles se mueven en una media de 15 empleadas.

Los datos del Registro Mercantil desvelan que la conservera cerró el pasado ejercicio con unos ingresos de 18 millones. Esto supone una caída destacada con respecto a las ventas de 2013, que alcanzaron los 30 millones de euros, y de 2014, cuando facturó 28,6 millones de euros.

De todas formas, el año pasado la empresa estuvo varios meses sin poder operar debido al retraso en los permisos de la Xunta y del Concello para poder retomar su actividad en la nueva fábrica de Moaña, a donde habían trasladado la maquinaria desde la nave de Ojea que ocupaban en Cangas y de la que la empresa cuenta todavía con la pertinente concesión de Costas del Estado.

Acusaciones

Las acusaciones de fraude fiscal por parte del administrador único de la compañía, a raíz de una investigación abierta por la Agencia Tributaria, está en la causa de que las entidades financieras perdiesen la confianza en uno de los emblemas de la industria conservera de O Morrazo, con más de un siglo de actividad en este sector a sus espaldas.

Esta es una noticia premium. Si eres suscriptor pincha aquí.

Si quieres continuar leyendo hazte suscriptor desde aquí y descubre nuestras tarifas.