Allegados, políticos y veteranos comunistas dan un multitudinario adiós a Pepe Chimé

José Chapela González, "Pepe Chimé", primer alcalde de Cangas de la democracia y carismático abogado, descansa desde ayer por la tarde en el cementerio municipal de su localidad, a donde fue trasladado al final de un multitudinario adiós en el que participaron centenares de personas, entre familiares, amigos y allegados, políticos y veteranos miembros del Partido Comunista, en el que militó buena parte de su vida y cuya bandera, con la hoz y el martillo, cubría el féretro con sus restos mortales durante el funeral y posterior sepultura. Algunos de sus camaradas y compañeros levantaron el puño al paso de la comitiva, entre la que se escuchó alguna proclama como "Viva la República".

Entre los asistentes se encontraban representantes de la práctica totalidad de los grupos políticos de la actual y anteriores corporaciones, como el alcalde, Xosé Manuel Pazos, su predecesor en el cargo, el popular José Enrique Sotelo, o Tucho Perete, que sucedió a Chimé al frente del consistorio antes de que finalizara aquel mandato, así como profesionales de la abogacía, algunos de los cuales trasladaron el féretro a hombros. También conocidos militantes de formaciones progresistas llegados de otros municipios, como Moaña, Bueu, Vigo o Redondela, así como ciudadanos anónimos que quisieron dar el último adiós a Pepe Chimé, despedido al son de la música cubana en el atrio de la iglesia.

Desde el martes y hasta el viernes a las seis de la tarde, Cangas vive tres jornadas de luto oficial por la muerte de su primer regidor tras la dictadura franquista y las banderas de los edificios municipales ondean a media asta.