Muchos son los edificios que, tras las intensas lluvias de estos dos últimos meses, presentan problemas de goteras y de humedades, pero del calibre de la vivienda familiar de Cándido Martínez, en Moaña, habrá pocos. Se trata de un piso ubicado en la segunda planta de un edificio de tres alturas, con una antigüedad de 40 años, en el número 7 de Batalla de Callao.

Cándido Martínez asegura que lo compraron hace once años sus padres, en donde siguen residiendo, y desde hace seis conviven con un problema de goteras al que no logran poner fin y que ha dejado inservibles dos dormitorios. "Estamos desesperados. El seguro no se hace cargo de la reparación mientras no se encuentra la causa del problema. Llevamos seis años y esto ha sumido a mi madre en una depresión".

Conviven con cubos de agua, con las paredes llenas de hongos y setas y ahora con la madera levantada porque se empezó una obra de reparación que se tuvo que paralizar debido a las intensas goteras con las últimas trombas de agua. Asegura que él no puede hablar mal de nadie porque cuando se planteó la primera vez la situación, la Comunidad de Propietarios les atendió y el problema que parecía que estaba localizado en la terraza del piso superior, se empezó a atajar, pero al regresar las lluvias, volvió a llover dentro de casa.

Cándido Martínez recuerda que el primer invierno que sus padres compraron el piso ya apareció algo de humedad, pero se solucionó con obras pequeñas, sin embargo la situación se fue agravando y se denunció. Se llegó a un acuerdo con la vecina de arriba para reparar la terraza, pero el agua siguió. El problema se trasladó después a los dos edificios colindantes de los que la compañía de seguros entendía que procedía el agua que se filtraba al de ellos.

Tras las pertinentes denuncias, se arregló también la terraza del edificio siguiente, que ocupa el largo de Batalla de Callao, y cuando todo parecía que podría ser el fin del problema, llegaron las lluvias de estos dos últimos meses: "Ya no sabemos qué hacer, mi madre está sumida en una depresión, mi padre está embarcado y no le queremos preocupar más con este tema y los vecinos nos aseguran que ellos ya realizaron las obras que le habían indicado".

La lluvia cae dentro de las dos habitaciones que dan a la fachada de la calle y asegura que ya se descartó que el agua se filtrara por alguna fisura en esta fachada: "Estamos desesperados, necesitamos ayuda, que nos den una solución".