Bueu apura los preparativos para la presentación el viernes de la novela "Soltando amarras", un libro en el que se aborda la emigración gallega a Cádiz y la tragedia en la que fallecieron 24 marineros gallegos en Gibraltar en agosto de 1938. Aquellos hombres volvían al puerto gaditano a bordo de la pareja formada por el "San Fausto" y "O Con", pero se encontraron con un barco de la República, el "José Luis Díez", que intentaba romper el cerco franquista para llegar a Cartagena. Fueron obligados a subir a bordo y confinados en el sollado de proa con la intención de dejarlos en tierra una vez llegados a puerto. Pero horas después se estableció un fuego cruzado con el destructor "Canarias", del bando franquista, y una de las bombas alcanzó de lleno el lugar donde estaban los pescadores, que fueron las víctimas inocentes. El autor del libro es Pedro Castilla Madriñán y será uno de los protagonistas de la presentación que se celebrará en el Centro Social do Mar a partir de las 20.00 horas.

-¿Cómo se siente ante la posibilidad de presentar el libro en Galicia después de la multitudinaria presentación del mes de septiembre en Cadiz?

-Emocionado. Galicia es uno de los objetivos principales del libro y el corazón de la trama. El origen está en O Morrazo y en los pescadores que fallecieron en el año 1938. Gracias a un gallego de A Coruña afincado en Cádiz que es farmacéutico [José Regueira] y a Gaspar Santos [nieto Enrique Pereira, el patrón del "San Fausto"] se descubrió qué fue lo que pasó y se restauró el honor de aquellos marineros y su familia.

-¿Cómo llegó hasta usted esta historia?

-En Cádiz es raro que alguien no tenga cerca a un gallego y en mi caso es uno de mis consuegros, que es de Marín. Él me presentó a otros dos patrones de pesca y comenzaron a hablarme con su morriña de la emigración gallega y de lo que supuso. Decidimos escribir un libro y fuimos incluso a Galicia, a las Rías Baixas, para documentarme y me impresionó mucho poder hablar con viejos lobos de mar que me contaron sus historias en el Gran Sol y en Terranova. Fue durante la recogida de datos cuando Gaspar descubre que José Regueira colgó en internet una versión de los hechos sobre la pareja del "San Fausto" y "O Con" con la que no está de acuerdo. Se puso en contacto con él y empiezan a investigar, regresando incluso a Galicia, y juntos descubren la verdad. Fue entonces cuando me piden engarzar esa historia en la novela para intentar resarcir el honor de esa gente y sus familias.

-O sea, en realidad esa no era la idea inicial con la que se plantea "Soltando amarras".

-Exacto. El objetivo inicial era hablar de la emigración gallega y de la pesca en Cádiz. La historia se cuenta de manera novelada a través de tres gallegos que llegaron con 14-15 años como grumetes y que acabaron convirtiéndose en patrones. Y de manera paralela se incluye la trama de la tragedia de Gibraltar, hasta que al final se descubre qué fue lo que ocurrió.

-¿Cómo se puede medir la importancia de esa emigración gallega en Cádiz?

-La llegada de los gallegos supuso mucho para la economía de la ciudad en el siglo pasado y en aporte cultural. Cuando se crea la Federación de Armadores de Pesca de Cádiz de los catorce miembros, once eran gallegos y fueron la base de una economía muy fructífera. En la década de 1920 más de un 17% de la población gaditana venía de Galicia y los barcos gallegos que faenaban en el Estrecho contribuyeron a paliar el hambre en los primeros meses de la Guerra Civil. En Cádiz hemos tenido muchas invasiones, desde los tartesos, fenicios o romanos hasta los visgodos y los árabes. Pero la última invasión fue la de los gallegos y fue la más linda:sus armas fueron el arte y la tecnología de la pesca, así como su carácter hospitalario, alegre y trabajador. Por ello era tan importante hablar de todos estos aspectos e incluir la trama de Gibraltar. Había que resarcir a las familias y a esos lugares de O Morrazo ya que hubo familiares que murieron sin conocer la verdad.

-La novela aborda también el posterior declive del sector pesquero. ¿Cuál es ahora el peso de la comunidad gallega en Cádiz?

-Ya no hay tanta afluencia como antes, pero esa comunidad es importante. Los gallegos fueron muy importantes en Cádiz y esa influencia todavía pesa mucho. Yo creo que eso está impreso en el espíritu de los gaditanos y ya no va a desaparecer. ¡Es que hasta la costumbre del pescado frito la trajeron los gallegos!

-Quizás habría que empezar a plantearse la creación de una hermandad gallego-gaditana.

-[Risas] Hay algunas calles de Cádiz que tienen nombre de localidades gallegas. Pero esa iniciativa es algo que nosotros tenemos en mente y se la queremos presentar a la alcaldesa, que es santanderina [Teófila Martínez]. Siempre hubo mucha relación con Galicia y con ciudades como Vigo debido a los astilleros de construcción naval.