Jesús Carballo uno de los dos marineros de Cangas arrestados en las Islas Malvinas en octubre de 2008, tras encontrar la Policía de ese país 30 kilos de cocaína escondidos en sus camarotes del barco "El Venturer", lleva un año pidiendo su repatriación a España. Afirma que su solicitud fue autorizada por el Gobierno de España desde el primer día en el que se recibió la documentación, "pero que a día de hoy aún sigo a la espera de que el Gobierno apruebe los fondos necesarios para que Interpol lleve a cabo el traslado. La respuesta es siempre la misma, que el gobierno no aprueba el presupuesto de los gastos de repatriación". Su versión la corrobora José Antonio Cordeiro, un vecino de Vilariño (Cangas) que lleva 21 años en las Islas Falkland ejerciendo la profesión de consignatario de buques. Cordeiro manifestaba ayer en una conversación telefónica desde Malvinas que la versión que difunde la Policía que le custodia en la cárcel de Port Stanley también es la misma que ofrece el marinero cangués, que cabe recordar que se declaró culpable en el juicio. Jesús Carballo acude cada quince días, escoltado, a la casa de José Antonio Cordeiro a hablar por skipe con su madre, María Dolores Martínez y hermanos, pero, sobre todo, para escuchar las primeras palabras de su hijo Iago, al que todavía no conoce. Su nacimiento le cogió en prisión. También desde la casa de Cordeiro habla con la madre de su hijo.

Jesús Carballo relata que está bajo medicación y que fue llevado al hospital en varias ocasiones. Lamenta no poder ver a su hijo, que nació justo un mes después de su detención, y no haber podido dar el último adiós a su padre, Manuel Carballo, un hombre de gran reputación en toda la parroquia de Aldán, que desde el primer momento de la detención de su hijo se volcó para ayudarlo. Por desgracia, murió hace un año de un infarto. "Cumplo condena desde el 30 de octubre de 2008 y no he podido abrazar a mi hijo ni ponerle mi apellido" manifiesta apenado Jesús Carballo.

José Antonio Cordeiro comenta que el otro marinero de Cangas que cumple condena también en la prisión de Port Stalnley, decidió no solicitar la repatriación, ya que la reducción de pena obtenida por buen comportamiento en la cárcel de las Islas Malvinas no se tendrían en cuenta en España. Sin embargo a Jesús Carballo eso no le supone un problema. Su deseo de regresar a España es más grande que cualquier reducción de pena. Cordeiro apunta que en este conflicto de la repatriación pueden influir también cuestiones políticas, ya que España no reconoce la soberanía inglesa de las islas, ya que de otra manera no se entiende que no haya dinero para dos billetes de avión.