La memoria no es frágil en las gentes del mar.Llevan numerosas cicatrices en el alma y en cuerpo como para olvidar tanto trabajo lejos de su hogar. Aún hoy, sus miradas buscan en el horizonte revivir por un momento aquella época, en la que las tempestades no eran borrascas con vientos del noroeste. Los "Últimos de Terranova" volvieron ayer a reunirse. Fue la tercera vez desde que acabó aquella dura marea. En esta ocasión, sin embargo, había una gran novedad: el director nacional del Apostolado del Mar, el padre Joseba Beovide, que sufrió con ellos los penares del mar. Hubo risas, carcajadas y llantos, y también cantos de aquella época. De repente, el bacalao que se pescaba aparecía ahora de un tamaño superior al de Bilbao.

Y que mejor que recordar que hacerlo en torno a una buena mesa, donde no falte de nada. Eso sí, no sabemos si había bacalao en el menú. Lo que sí hubo fue misa, para recordar a los que faltaron.