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El colapso de las cláusulas suelo

El juzgado que lleva los casos registrados en 2017 aún tiene 735 pendientes

Una concentración en 2013 en los juzgados de Vigo; a día de hoy, las cláusulas suelo aún siguen generando demandas. // FdV

Una avalancha de demandas que aún no ha escrito su capítulo final. Y una paralización de actividad derivada del Covid-19. Ninguna de estas dos cuestiones es baladí y ambas se han aliado para agravar, todavía más, el colapso judicial en torno a los procedimientos de cláusulas suelo.

Dos juzgados de Vigo se dedican a enjuiciar y sentenciar los asuntos hipotecarios de toda la provincia de Pontevedra, pero la situación más grave se vive en uno de ellos, el que recibió el aluvión de pleitos de 2017 y que aún a día de hoy está resolviendo esos litigios. A principios de 2020 la perspectiva que tenían era la de señalar todos los que les quedaban pendientes a lo largo de este año. Pero la irrupción del coronavirus les impedirá cumplir con este calendario. Y, afirman fuentes judiciales, no tendrán más remedio que celebrar audiencias previas y juicios ya en 2021. Un atasco de récord que provocará que afectados por esta cláusula no recibirán su sentencia hasta pasados más de tres años desde que llevaron su caso a la vía judicial.

El juzgado que tramita las demandas de 2017 es el del Casco Vello. En solo siete meses de aquel año, el mismo en el que se dictó la histórica sentencia de Europa que decretó la retroactividad total en las cláusulas suelo, recibió 3.000 casos. Y ya no pudo registrar ni uno más. Dada la avalancha, desde entonces se dedica a dar salida a esos asuntos. Y pese al alto ritmo de trabajo de los dos magistrados de esta sala, aún quedan cientos de litigios por resolver. Concretamente, faltan por celebrar las audiencias previas y posteriores juicios -si los casos no quedan vistos para sentencia en la fase anterior- de 735 procedimientos. Y, en plena reorganización de las vistas suspendidas por el coronavirus, ya se da por hecho que habrá audiencias previas que no se podrán celebrar hasta enero de 2021.

Imposible ya señalarlas para este 2020 dados los casi tres meses de parálisis de la pandemia. Y porque el tiempo no da para más: a día de hoy, junto a las jornadas de juicios presenciales, cada juez dedica un día a la semana a celebrar entre 10 y 14 audiencias previas telemáticas cada mañana. Además, a la resolución de las demandas principales se une más trabajo: ejecución de sentencias, impugnaciones de costas o el que le corresponde de los recursos de apelación que se elevan a la Audiencia de Pontevedra.

¿Y cuál es la situación en el otro tribunal especializado? Es el Juzgado de Primera Instancia 14, donde, junto a la juez titular, hay un magistrado de refuerzo a tiempo parcial que, por acuerdo del Poder Judicial, reanudó la labor tras el parón del estado de alarma. La sala empezó a registrar demandas de cláusulas en 2018: en ese año y en 2019 recibió 4.140 pleitos. Y en este 2020 los litigios siguen entrando. Los juicios suspendidos en el estado de alarma han podido recolocarlos en junio, julio y septiembre. Pero les quedan aún muchos otros para resolver, como resaltan abogados vigueses. "Tengo casos de 2018 en los que ni se señaló la audiencia previa; todo va lento", dice un letrado. "No queda más que recomendar paciencia a los clientes", apunta otro. Pese a la larga espera, la buena noticia para los demandantes es que en la práctica totalidad de los casos sentenciados ganan los afectados.

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