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La medida se adopta por primera vez para esclarecer un delito contra la seguridad vial

Un juez vigués recurre a la geolocalización para desmontar la coartada de un conductor temerario

El joven, cazado por un radar a 117 km/h en la avenida de Europa de Vigo, alegó que no era él quien conducía y que estaba en Caldas de Reis -Los datos de la compañía telefónica ubican su móvil en la zona y a la hora de la infracción

Hugo Barreiro

De sobra es conocido que los teléfonos móviles se han convertido en una herramienta clave en las investigaciones policiales y judiciales. La información que proporcionan los smartphones pueden ayudar, por ejemplo, a situar a un sospechoso en la escena del delito. Estas pesquisas técnicas son muy frecuentes para esclarecer casos de asesinatos, desapariciones o en los que hay organizaciones criminales de por medio. Y ahora un juez de Vigo, Juan Carlos Carballal, ha recurrido por primera vez a la geolocalización para indagar en un delito contra la seguridad vial. Gracias a esta diligencia, ha podido desmontar la coartada del conductor investigado, un joven cazado por un radar a 117 km/h en una zona del casco urbano vigués limitada a 50. Él alegó que no iba al volante del vehículo y que, a esa hora, estaba en Caldas de Reis, a 50 kilómetros de distancia. Pero los datos de los repetidores de telefonía echaron abajo su versión: ubican a su móvil, y por tanto a él, en la zona y en el momento de la infracción de tráfico.

Los hechos se remontan al 27 de mayo de 2019. Esa tarde, a las 17.31 horas, un radar móvil de la Policía Local ubicado en el número 83 de avenida de Europa sorprendió a un BMW 320D circulando en dirección a Samil a 117 km/h. En ese tramo que cuenta con dos carriles por sentido lo máximo permitido es 50 km/h. Aplicado el margen de error del cinemómetro, del 5%, la velocidad resultante fue de 111 km/h. Y dado que superaba en 60 km/h el límite permitido en vía urbana, el cuerpo policial remitió el atestado al juzgado al encuadrarse los hechos en el delito que recoge el artículo 379.1 del Código Penal.

La causa recayó en el Juzgado de Instrucción número 4 de Vigo, cuyo titular, Juan Carlos Carballal, por medio de un auto dictado en junio de ese año, abrió diligencias y citó como investigado al propietario del vehículo, un joven de 27 años de edad vecino de la ciudad olívica. Tras intentar sin éxito hasta en tres ocasiones entregársele la citación para que compareciese ante el juez, su interrogatorio fue finalmente el 27 de noviembre. Lo que alegó es que aunque él es el dueño del coche y su usuario habitual, ese día no iba él al volante, ya que, aseguró, estaba trabajando, concretamente ensayando con la banda de música en Caldas de Reis, a bastante distancia de Vigo. Concretó que estuvo allí desde la mañana y hasta última hora de la tarde. Ahondó en que su coche lo utilizan también familiares suyos -sus padres y su hermana- y un amigo. Pero sobre quién lo conducía cuando el radar hizo la foto, indicó que no lo sabía.

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Fue entonces cuando el juez decidió optar por una diligencia del todo insólita en un delito contra la seguridad vial de estas características. Requirió a tres compañías telefónicas para que facilitasen de forma "urgente" la localización de los repetidores que dan cobertura a Vigo, Cangas, Redondela, Pontevedra y Caldas de Reis, en lo referente al teléfono móvil del investigado y al día de la infracción de tráfico.

Lo que buscaba el magistrado era conocer la "ubicación física" del joven ese 27 de mayo para esclarecer si era cierto que había viajado a Caldas o, al contrario, estaba en Vigo y era él quien iba al volante del BMW captado a 117 km/h. En la resolución justificó la medida por la "gravedad" del hecho denunciado -"conducción temeraria" en una zona urbana- y por la falta de testigos. "No hay medio menos lesivo", argumentó, para "avanzar" en la instrucción. Junto a esto, pidió a Audasa las imágenes de las cámaras de grabación de la AP-9 entre Vigo y Caldas, si bien esta diligencia no dio resultado ya que, a la fecha del requerimiento, ya no se conservaban.

Informe contundente

Los datos de los repetidores de telefonía sí permitieron esclarecer el caso. La información aportada por la compañía demostró que la versión exculpatoria del investigado era falsa: no estaba en Caldas, sino en Vigo. Su teléfono lo delató. El radar fotografió el BMW a las 17.31 horas en la avenida de Europa de Vigo hacia Samil. Pues el informe de geolocalización arroja que minutos antes, a las 17.28, el móvil del joven estaba escasos kilómetros antes, en unas coordenadas que se corresponden con el número 2 de calle Grove. Y poco después de la infracción el teléfono se situaba más allá de Samil, a la altura del 4 de playa de Canido.

"Para ir de un punto a otro se pasa por el lugar donde fue detectado por el radar", concluye el juez en el auto en el que transforma las diligencias de cara a juicio. Con esta evidencia, defensa y Fiscalía suscribieron este mismo mes un escrito de conformidad en el que el joven asume el delito vial y que solo está pendiente de que se ratifique en sala de vistas. La pena que aceptará será 1.080 euros de multa, así como un año y un día sin carné.

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