Elecciones EEUU 2024

Nikki Haley suspende su campaña sin dar el apoyo expreso a Trump

La exgobernadora de Carolina del Sur solo ha logrado la victoria en uno de los 15 estados que votaban, Vermont, y por un estrechísimo margen del 50,1% frente a un 45,9% de Trump

La exgobernadora de Carolina del Sur Nikki Haley.

La exgobernadora de Carolina del Sur Nikki Haley. / EP

Idoya Noain

Ha caído la última barrera formal que quedaba para intentar frenar a Donald Trump en su camino hacia la nominación presidencial republicana para las elecciones de noviembre. Nikki Haley, la gobernadora de Carolina del Sur que dejó ese cargo para servir en el mandato del expresidente como embajadora ante Naciones Unidas, ha anunciado que suspende su carrera este miércoles, horas después de que Trump volviera a arrasar en el supermartes, con victorias en 14 de los 15 estados en liza.

Al contrario de lo que hizo tras abandonar Ron DeSantis, el gobernador de Florida, Haley no ha dado el respaldo a Trump como candidato en el discurso que ha ofrecido en Charleston ni ha pedido el voto para él. Y es una postura también diferente a la de otros antiguos aspirantes como el empresario Vivek Ramaswamy o el senador Tim Scott, que tras tirar la toalla inmediatamente se volcaron en hacer campaña por el expresidente con una entrega absoluta. Sus nombres ahora han entrado en las quinielas vicepresidenciales.

"Le toca a Donald Trump ganarse los votos de aquellos en nuestro partido y más allá que no le apoyaron. Es su hora de elegir", ha dicho Haley, que ha citado a Margaret Thatcher para decir: "nunca sigas a la masa, siempre toma tu propia decisión".

Haley también ha felicitado a Trump como "más que probable candidato" y le ha deseado "lo mejor, como le desearía a cualquier presidente". Pero también le ha criticado tan sutil como claramente al denunciar políticas aislacionistas, al defender el respaldo a Ucrania, Israel y Taiwán como un "imperativo moral" o al asegurar que EEUU necesita "alejarse de la oscuridad del odio y la división".

La respuesta de Trump y Biden

El primer mensaje de Trump este miércoles ha dejado claro la animosidad que se había desatado entre ambos. Pone en cuestión que el expresidente vaya a dar pasos decisivos para lograr la "unidad" que prometía en su discurso de victoria del supermartes, en el que ni siquiera mencionó a su rival.

En un comunicado distribuido por su campaña, Trump solo ha llamado genéricamente a los votantes de Haley a "unirse al mayor movimiento en la historia de la nación" pintando a Joe Biden como "el enemigo". Y ha dedicado más tiempo a atacar a Haley, diciendo que fue "machacada" el supermartes, que ha recibido votos demócratas y que muchos de sus fondos de campaña eran de "demócratas de izquierda radical". Ha llegado a decir que esperaba "que siguiera en la carrera y peleara hasta el final".

El presidente Biden, en cambio, ha hecho un llamamiento expreso a los votantes de Haley en un comunicado. "Hay un lugar para ellos en mi campaña", ha dicho. "Sé que hay mucho en lo que no estaremos de acuerdo, pero creo y espero que podamos encontrar acuerdo en los temas fundamentales de preservar la democracia de EEUU; defender el Estado de derecho; tratarnos mutuamente con decencia, dignidad y respeto, y preservar la OTAN y alzarnos frente a los adversarios de EEUU".

Votos clave en noviembre

Los mensajes de los dos nominados de facto a los votantes de Haley subrayan la influencia que puede tener la ya antigua candidata y el por qué su falta de respaldo expreso a Trump es más relevante que la postura de los otros candidatos que abandonaron antes. Ella es quien se había convertido en el último vehículo para recoger el voto republicano que rechaza al expresidente.

Pese a haber logrado solo dos victorias pírricas en el proceso de primarias (en dos enclaves demócratas como Washington DC y Vermont), ha estado consiguiendo porcentajes de voto del 20%, el 30% y hasta el 40%. Y son números tras los que late una debilidad importante de Trump de cara a su duelo en noviembre con Biden: la división que sigue provocando incluso dentro del Partido Republicano, por más que el martes por la noche, en su discurso, prometiera sin mencionar siquiera a Haley que va a conseguir "unidad y muy pronto".

Algunas elecciones del supermartes ratificaron problemas que van más allá de un simple sentimiento anti-Trump. En Carolina del Norte, que es un estado bisagra que será determinante en las presidenciales, aunque Trump se llevó el 75% del sufragio se expuso su vulnerabilidad en los suburbios, esas zonas que crecen junto a grandes urbes y que se han convertido en epicentro de la decisión presidencial. Se suman también los pobres resultados del expresidente entre votantes con titulación superior. Y unos y otros serán decisivos para inclinar los estados más disputados cuando llegue la hora de medirse al demócrata.

La gran pregunta es qué harán esos votantes que entran en campos de republicanos tradicionales, moderados e independientes en noviembre. Podrían sumarse a la base del partido totalmente entregada al expresidente y votar a Trump, pero también pueden elegir a terceros candidatos, votar por Biden o directamente quedarse en casa.

Otro interrogante es cuántos de los grandes donantes que habían estado dando respaldo a la candidata en un empeño quijotesco dado el férreo y creciente control que Trump ejerce sobre el partido pasarán ahora sus donaciones al expresidente, cuyas finanzas de campaña presentan por ahora una importante desventaja frente a las de Biden. Algunos de esos grandes donantes, como uno de los hermanos Koch, ya habían sacado fondos del empeño de la candidata pero en vez de volcarlos en Trump anunciaron que los destinan a carreras para el Congreso.