Ultraderecha francesa

Bardella, el nuevo rostro de los ultras que seduce más allá del votante fiel de Le Pen

El número dos de la RN lidera la lista de su formación para las elecciones europeas en Francia, donde los ultras amenazan con una clara victoria

Enric Bonet

Es guapo, habla bien y se viste como un pincel. Tiene el aspecto de un yerno ideal. El ultraderechista Jordan Bardella, de 28 años, encarna a la perfección el retrato robot del político en la Francia de 2024: un buen comunicador, que domine los registros de la televisión y las redes sociales por delante de la gestión. El número dos de la Reagrupación Nacional de Marine Le Pen se ha convertido en el hombre de moda de la política gala, debido a las excelentes —y preocupantes— perspectivas de su formación de cara a las elecciones europeas. Y ha arrancado este domingo por la tarde la campaña con un mitin multitudinario en Marsella.

La lista que encabeza Bardella domina de manera holgada las intenciones de voto para los comicios del 9 de junio. Según los últimos sondeos, que deben cogerse con pinzas, obtendría el 30-28% de los votos, claramente por delante de la coalición del presidente Emmanuel Macron (19-18%). Al presentarse por separado, los partidos de izquierdas aparecen como meras comparsas. Las tres principales formaciones progresistas —Partido Socialista, Francia Insumisa y los Ecologistas— tienen unas intenciones de voto de entre el 8% y el 9% cada una.

¿Hay un efecto Bardella, menos marcado por el estigma del apellido Le Pen? ¿O la amplia diferencia entre la RN y el partido de Macron se debe a las dificultades del segundo? “Parece que hay un coeficiente personal, su personalidad atrae a nuevos votantes”, explica a El Periódico de Cataluña, del grupo Prensa Ibérica, el politólogo Jean-Yves Camus, quien pone como ejemplo a los jóvenes, “de entre 18 y 24 años”. En comparación con Marine Le Pen, “su figura gusta más a aquellos votantes partidarios del liberalismo económico” y a los jubilados, hasta ahora reacios a apoyar a la extrema derecha en Francia. “Así lo hacen pensar las bajas perspectivas de voto de Los Republicanos (LR, afines al PP) y del partido de Zemmour”, destaca el codirector del Observatorio de las Radicalidades Políticas.

Una trayectoria fulgurante

“Las elecciones del 9 de junio representarán el día 1 de la alternancia”, ha asegurado Bardella durante su discurso con que ha iniciado oficialmente la carrera electoral de estos comicios. Ante unas 8.000 personas (según los organizadores, en realidad seguramente fueron menos), la RN ha hecho una demostración de fuerza en un abarrotado pabellón Chanot, situado al lado del estadio Velódromo. Los militantes y simpatizantes ondeaban banderas francesas y mostraban carteles de “Con Marine y Jordan”, mientras hacían proclamas de “Estamos en nuestra casa”.

El partido de Le Pen ha dado el disparo de salida en una campaña en que más que el rechazo a la Unión Europea —desde el 2018 renunció a la salida de Francia del euro y pasó del euroescepticismo a un nacionalismo oportunista—, el lepenismo quiere capitalizar el hartazgo de la presidencia de Macron. De hecho, su eslogan de campaña es “Francia vuelve, Europa renace”.

“Incapaces de entender el sufrimiento de los franceses, los macronistas reprochan a los campesinos que se hagan selfis con nosotros”, ha afirmado el cabeza de lista del lepenismo, refiriéndose a uno de sus ejercicios comunicativos preferidos. También ha recordado la accidentada visita de Macron el pasado fin de semana en el Salón de la Agricultura, en que “no pudo pasearse sin tres cordones de seguridad”. “La revuelta campesina que está teniendo lugar por toda Europa” es “la perfecta declinación de las ideas de la RN”, ha añadido Le Pen, quien cerrará de manera simbólica la lista de su partido.

Oficialmente, Bardella no aspira a relevar a Le Pen, sino formar un tándem con ella. Todo apunta a que la líder de la extrema derecha francesa desde 2011 se presentará a sus cuartas elecciones presidenciales dentro de tres años. Pero la expectación en torno a la candidatura del joven delfín alimenta los primeros recelos y diferencias entre ambos (por ejemplo, respecto al establecimiento "de precios mínimos" para los productos agrícolas). Y supone la culminación de la fulgurante trayectoria de este eurodiputado, quien empezó a militar hace apenas una década en el entonces Frente Nacional.

Creció en la “banlieue” en una familia con raíces italianas

Hijo de padres modestos con raíces italianas, el número dos de los ultras creció en un barrio con viviendas oficiales en la “banlieue” parisina. La existencia de un punto de venta de droga en la escalera de su piso, así como la inseguridad sufrida por su madre en Saint-Denis (al norte de París), lo motivó a afiliarse al lepenismo con 17 años, según el testimonio del mismo Bardella, con su parte certera y otra quizás de mitificada. Su buena apariencia y disciplina lo ayudaron a escalar rápidamente en el vertical partido de Le Pen. 

A eso se le sumó su habilidad para orbitar alrededor del caballo ganador. Primero, el soberanista y euroescéptico Florian Philippot, número dos del FN hasta 2017. Cuando este cayó en desgracia, estrechó sus vínculos con Philippe Olivier, cuñado de Le Pen y uno de los principales estrategas del partido. El nombre de Bardella empezó a resonar entre la ciudadanía gala a principios de 2019, cuando lo designaron como cabeza de lista de cara a las europeas de ese año. 

Entonces, los ultras ya quedaron como primera fuerza, pero con el 23% y prácticamente empatados con la coalición de Macron (22%). Tres años después de ese triunfo, la líder de la formación ultra delegó en su mano derecha la presidencia de la RN en noviembre de 2022. Es habitual en Francia que no recaiga en las manos de la misma persona la dirección de un partido y el liderazgo de ese mismo espacio.

‘Para ser un facha, tiene pinta de simpático’

“Tuvo que trabajar y necesitó meses y meses para que la gente se dijera: ‘Para ser un facha, tiene pinta de simpático’”, explicó Pascal Humeau, un periodista reconvertido en consejero de comunicación y que asesoró al joven ultra, en el programa 'Complément d’enquête'. Conocido por sus zascas y constante presencia en los platós, Bardella también ha destacado por su poca asiduidad en el Parlamento Europeo. Solo ha participado en un tercio de las 18.000 votaciones desde el verano de 2019. Forma parte de una de las comisiones menos relevantes (la de peticiones) y no ha redactado ninguna ponencia. “No hace nada, realmente nada. Es como si estuviera de Erasmus premium”, criticó el eurodiputado verde David Cormand en declaraciones al digital Mediapart.

Para el dirigente ultra, lo importante no es la gestión, sino la comunicación. En este sentido, su manera de entender la política no se diferencia demasiado de la del primer ministro Gabriel Attal, de 34 años, otro hábil comunicador. Curiosamente, el actual responsable del Ejecutivo ha superado con claridad a Macron en los índices de popularidad. Y una tendencia parecida se reproduce entre Bardella y Le Pen. 

¿Esta Jordanmanía resultará suficiente para que la histórica líder de los ultras pase el relevo de cara a las próximas presidenciales? “Marine aún tiene la capacidad para presentarse en esos comicios, pero en un futuro Bardella será un buen presidenciable”, sostiene Nicolas, de 19 años, presente en el mitin de Marsella, donde destacaba la presencia de jóvenes. Este estudiante de Geografía reconoce asimismo que “la juventud del candidato es un buen incentivo”. "De momento, hay un tándem, pero veremos si se mantiene en el futuro”, advierte Camus, sobre dos dirigentes que empiezan a mostrar incipientes diferencias ideológicas. “Será después de 2027 que las cosas se complicarán”, concluye.