Elecciones

El pulso por la presidencia de Finlandia queda entre el conservador Stubb y el verde Haavisto

El aspirante de la ultraderecha, Jussi Halla-aho, quedó en tercer lugar en la primera ronda de las elecciones presidenciales

Alexander Stubb y Pekka Haavisto.

Alexander Stubb y Pekka Haavisto. / La Presse, EFE

Gemma Casadevall

No hubo vuelco electoral: los finlandeses optaron por dos políticos experimentados, el conservador Alexander Stubb y el verde Pekka Haavisto para disputarse la presidencia. Un año después de convertirse la ultraderecha en socio del gobierno de Helsinki, su candidato a la jefatura del Estado, Jussi Halla-aho, quedó en tercer lugar en la primera ronda de las elecciones presidenciales y eliminado para la vuelta definitiva, que tendrá lugar el 11 de febrero.

Según los resultados difundidos al cierre de los colegios, Stubb se alzó con el primer puesto con un 28%, mientras que Haavisto quedó en el segundo con un 25%. Halla-aho quedó notablemente rezagado, con un 16,2%. Se trata de resultados sobre un 60% de los votos escrutados, surgidos del alto porcentaje de los electores que habían depositado el suyo por avanzado en los días precedentes, como contempla el sistema finlandés.

Entre Stubb, exprimer ministro, y Haavisto, titular de Exteriores en el gobierno que lideró la socialdemócrata Sanna Marin, surgirá el que será el primer presidente de Finlandia ya como miembro de la OTAN. Sucederá al conservador Sauli Niinistö, quien dejará la presidencia tras doce años y de haber dirigido personalmente la negociación para el ingreso de Finlandia en la OTAN. En Finlandia, el cargo presidencial está ligado a la política exterior y de Defensa. En el caso de Niinistö, ello implicó incluso una transformación personal. De amigo del presidente Vladímir Putin pasó a impulsar la incorporación de su país en la Alianza Atlántica, entre amenazas del Kremlin. El detonante fue la invasión de Ucrania, que generó un giro compartido entre la mayoría de los ciudadanos y el conjunto del espectro parlamentario. Finlandia abandonó la línea de la neutralidad militar mantenida desde la Guerra Fría para abrazar aceleradamente la OTAN.

El cargo de presidente conlleva en Finlandia el de comandante jefe de las fuerzas armadas. Al sucesor de Niinistö le corresponderá concretar el alcance de su compromiso con la OTAN, incluido el despliegue de tropas estadounidenses en su territorio.

La segunda vuelta presidencial se celebrará el 11 de febrero. En medio, el país vivirá una campaña de huelgas que podría paralizar el transporte aéreo y parte de su vida pública. Hay un gran descontento contra la línea de austeridad aplicada por el gobierno del conservador Petteri Orpo, quien en abril del pasado año llegó al poder con los ultraderechistas Verdaderos Finlandeses como socios.

La veteranía, versión conservadora o verde

Stubb, de 55 años, es un político d peso en Finlandia, ya que fue tres veces ministro -una de ellas, de Asuntos Europeos-, además de primer ministro entre 2014 y 2015. Es correligionario del actual jefe del gobierno, el conservador Petteri Orpo, con quien en el pasado protagonizó un pulso interno por el dominio en su partido, Kokoomus. Que Orpo se impusiera en las elecciones legislativas de 2023 frente a la entonces primera ministra, la socialdemócrata Marin, favorece ahora el regreso a la palestra de Stubb. Llevaba siete años apartado de la vanguardia política finlandesa y se concentró más bien en la política comunitaria, dentro de la familia de los populares europeos. En su contra está el desasosiego político que vive Finlandia desde que Orpo se colocó al frente de su coalición con la ultraderecha como socio, lo que especialmente en la primera fase de esa alianza generó una serie de conflictos internos y salidas de tono desde la formación radical.  

Haavisto, de 65 años, se presenta como independiente, pese a ser miembro fundacional de los Verdes finlandeses y de haber hecho toda su carrera con la formación ecologista. La decisión obedece a su propósito de ampliar su espectro electoral. Hasta ahora ningún candidato de un partido minoritario, como son los Verdes, alcanzó la presidencia.

Es un político muy bien valorado por sus compatriotas, tanto por su carácter afable como por la labor desempeñada en el gobierno de la socialdemócrata Sanna Marin como ministro de Exteriores. Fue una figura clave en la negociación para el ingreso en la OTAN, que Finlandia logró en un tiempo récord mientras que Suecia, que lo solicitó en paralelo y también bajo el impacto de la invasión de Ucrania, aún no completó el proceso.

Es la tercera vez que se presenta a unas elecciones presidenciales. De alcanzar esta vez su propósito, se convertirá en el segundo presidente de un país de la UE abiertamente homosexual, tras el letón Edgard Rinkevics. Haavisto está casado con el ecuatoriano Antonio Flores, dueño de una céntrica peluquería de Helsinki, lo que a menudo ha convertido al matrimonio en “objeto” de atención mediática.