Elecciones legislativas

El periodismo independiente y la sociedad civil, bajo ataque en Serbia

Comunicadores del país balcánico denuncian incluso amenazas de muerte por criticar al poder en los medios

El presidente serbio, Aleksandar Vucic, en imagen de archivo.

El presidente serbio, Aleksandar Vucic, en imagen de archivo. / Europa Press/Contacto/Tomas Tkacik

Irene Savio

Marko Vidojković no sonríe demasiado. Es uno de esos periodistas serios y circunspectos, que ven a la profesión casi como un sacerdocio. Y esto en cierta manera es paradójico ya que lo que lo puso en la mira han sido sus críticas al poder en Serbia; críticas que ha hecho desde el humor y el sarcasmo ácido que emplea en su pódcast, 'Good, bad, evil', con 100.000 oyentes en un país de apenas 6,6 millones de habitantes. Un éxito que le trajo amenazas de muerte diarias. Por ello, este año se vio obligado a irse por varios meses con su mujer (también amenazada, por el trabajo de él, cuenta) del país. Su caso fue respaldado por PEN Internacional, la asociación mundial de escritores que agrupa a unos 25.000 socios en todo el mundo, así como por algunas asociaciones de periodistas independientes serbios pero, afirma, la política le dio la espalda.

"El problema es que Serbia no es una democracia, es una autocracia. Por eso hay una guerra contra el periodismo crítico", dice sin tapujos desde Belgrado, ciudad a la que ha regresado temporalmente a la espera de conocer el resultado electoral de los comicios parlamentarios anticipados este domingo. "Si nada cambia, es posible que deba irme de nuevo en cuestión de semanas", añade este cronista de 48 años, de los cuales 23 transcurridos en el oficio.

El periodista serbio Marko Vidojković.

El periodista serbio Marko Vidojković. / Cedida

Los datos de la Asociación de Periodistas Independientes de Serbia (IJAS) muestran cómo Serbia le hace cortes de manga a su periodismo independiente. En lo que va del año, el IJAS ha documentado 168 violaciones contra periodistas en todo el país (31 más que en 2022), lo que incluye todo tipo de amenazas, ataques físicos y también presiones de distinto grado y virulencia. Con ello, de acuerdo con Reporteros Sin Fronteras (RSF), Serbia ha pasado de la posición 54 en 2004 a la 63 al día de hoy. Además, a diferencia de países como Italia, donde el Estado respalda a numerosos periodistas atacados por el crimen organizado, los periodistas serbios afirman sentir una gran desprotección ante estos abusos. Una queja parecida también llega desde las organizaciones civiles. 

Ataques persistentes

En verdad, en muchos informes internacionales consultados, la difícil situación de la prensa independiente en Serbia despunta de forma recurrente como tema de preocupación. Dos ejemplos. La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) denunció "presiones verbales y ataques persistentes" desde altos cargos dentro Estado, así como "ausencia de coberturas críticas" sobre el Gobierno en los medios de comunicación del país. Mientras que el Comité de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo sobre Serbia ha criticado "el uso indebido de los medios de comunicación por parte de la mayoría gubernamental para obtener una ventaja injusta, atacar a opositores políticos y difundir desinformación".

Una de las consecuencias para la democracia es la escasa objetividad a la hora de cubrir noticias relacionadas con el poder político y económico, en opinión de Zoran Gavrilović, director ejecutivo del Instituto Birodi. "¿Cómo puede haber pluralidad y democracia si (el presidente serbio, Aleksandr) Vucic casi monopoliza las televisiones y el 90% de las informaciones sobre él son acríticas?", dice Gavrilović. 

Veran Matić estuvo bajo protección ocho años y hoy integra un grupo de trabajo permanente para la seguridad de los periodistas. A él acuden gran parte de los informadores serbios cuando tienen que presentar una denuncia. Explica que el resultado es que cada vez hay menos personas en la profesión, ya que muchos finalmente se resignan y optan por abandonar el oficio por este clima hostil y porque, a menudo, esto conlleva también tener que enfrentarse a graves dificultades económicas. "Estamos intentando desarrollar herramientas que nos permitan proteger a los periodistas de las amenazas y la violencia, pero es difícil construir mecanismos de prevención cuando debes enfrentarte a representantes del poder ejecutivo", afirma.

Spyware

Otro de los problemas es el sistema judicial, ya que apenas hay procesos sobre amenazas a periodistas que acaban con veredictos, denuncian los periodistas serbios. Y más aún: a menudo el acoso también se hace con las herramientas cada más sofisticadas que ofrece el desarrollo tecnológico. Esto también atañe a la sociedad civil. Lo último, difundido el pasado 28 de noviembre, ha sido una denuncia de Amnistía Internacional (AI) sobre dos activistas prodemocracia y abiertamente críticos con el Gobierno cuyos teléfonos móviles sufrieron un intento de infección a través de un spyware de grado avanzado o militar, según reveló esta organización. 

La investigación de AI, a la que también colaboraron la Fundación Share, Citizen Lab y Access Now, se puso en marcha después de que las dos víctimas recibieran una alerta de Apple que les indicaba que habían podido ser objetivo de "atacantes patrocinados por el Estado". "Las huellas forenses observadas en ambos dispositivos son consistentes con las técnicas de ataque utilizadas previamente para distribuir el spyware Pegasus", explicó AI.

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