Libertad de prensa y desinformación

Fox evita con un acuerdo in extremis el juicio por propagar mentiras sobre fraude electoral en EEUU

La empresa de Rupert Murdoch pagará a la compañía Dominion, que interpuso la demanda por difamación, 787,5 millones de dólares

Rupert Murdoch, en una imagen de archivo.

Rupert Murdoch, en una imagen de archivo. / Reuters

Idoya Noain

Entre la libertad de expresión y de prensa y la diseminación de mentiras y desinformación hay una fina y a menudo borrosa línea. La posibilidad de delimitarla más claramente se había presentado en Estados Unidos gracias a la demanda civil que la empresa de máquinas electorales Dominion Voting Systems había interpuesto contra la Corporación Fox por difamar repetidamente a la compañía propagando en la cadena Fox News, así como en su web y sus redes sociales, información falsa sobre el supuesto e inexistente fraude electoral en las elecciones presidenciales de 2020 que perdió Donald Trump. Pero esa posibilidad se ha evaporado este martes, el primer día del juicio, cuando después de la selección del jurado, y antes de que empezara la presentación de argumentos iniciales de las dos partes, estas han alcanzado un acuerdo in extremis que pone fin abruptamente a un proceso judicial que había despertado enorme expectación.

"Las partes han resuelto el caso", ha anunciado tras dos horas y media de retrasos inexplicados el juez Eric Davis, que presidía el caso en un tribunal civil de Wilmington (Delaware). El magistrado no ha dado detalles de los contenidos del acuerdo, pero poco después lo han hecho los abogados de Dominion. La compañía, que había pedido en su demanda 1.600 millones de dólares de compensación, recibirá finalmente 787,5 millones. "La verdad importa, las mentiras tienen consecuencias", ha asegurado el letrado Justin Nelson.

Respiro para Fox

Pese al coste económico, el pacto evita para Fox muchos quebraderos de cabeza. Elimina, por ejemplo, la necesidad de que pasen por el estrado para testificar el magnate Rupert Murdoch y su hijo Lachlan, principales directivos de la corporación, así como ejecutivos de la cadena Fox News y presentadores estrella de la cadena como Tucker Carlson, Maria Bartiromo o Jeanine Pirro. Y la compañía elude también que salgan a la luz más informaciones comprometidas como las que se han ido desvelando en la fase previa del proceso legal, que se inició cuando Dominion interpuso su demanda civil en marzo de 2021.

A través de deposiciones y de comunicaciones entre ejecutivos y presentadores que se han conocido públicamente en las últimas semanas se ha comprobado que en Fox News y en las más altas esferas de la corporación dudaban de la veracidad o incluso eran conscientes de la falsedad de las afirmaciones sobre Dominion y el supuesto fraude que alegaba Trump y que propagaban señalando concretamente a Dominion abogados del derrotado republicano como Rudy Giuliani y Sidney Powell. Aún así, siguieron dándoles espacio.

Tucker Carlson, por ejemplo, escribió en un mensaje: “Sidney Powell está mintiendo, le he pillado, es una locura”. En su deposición Rupert Murdoch admitió al ser preguntado sobre si podría haber mantenido a los abogados fuera de antena: “podría haberlo hecho pero no lo hice”. Y hay también comunicaciones que prueban la preocupación por el potencial impacto negativo en audiencias y resultados económicos si no se aireaban las denuncias sobre supuesto fraude.

Comunicado de Fox

La corporación de Murdoch ha emitido inmediatamente un comunicado mostrándose "satisfecha" con el pacto y reconociendo determinaciones que había hecho el tribunal en la fase preliminar de que "algunas afirmaciones sobre Dominion eran falsas". En realidad el juez Davis aseguró en esa fase previa que “las pruebas desarrolladas en este proceso civil demuestran que está cristalinamente claro que ninguna de las declaraciones relacionadas con Dominion sobre las elecciones de 2020 son verdad”.

Fox también ha defendido en su comunicado que el acuerdo refleja "el compromiso continuado con los más altos estándares periodísticos" y dice tener "esperanzas" que la resolución amistosa "permita al país pasar página de estos temas".

La realidad es que el país no lo hará. Aunque Fox había denunciado que la demanda era "una cruzada política en busca de beneficio económico” y aseguraba que “el coste real serían preciados derechos de la primera enmienda”, y aunque algunos observadores legales y expertos en medios de comunicación temían que si Fox perdía se abriría un torrente de demandas contra otros medios, otros veían necesario hacer a la cadena responsable. Y el juicio era visto por muchos como un referendo simbólico sobre la cultura de “hechos alternativos” que definió la presidencia de Trump. “Parece que la desinformación está siendo sometida a juicio”, le había dicho a 'The Washington Post' Jonathan Peters, profesor de derecho de medios de comunicación en la Universidad de Georgia.

Un caso sólido

Dominion había construido un caso que numerosos expertos legales consideraban inusualmente sólido en el complejo y exigente universo de las demandas por difamación. En su núcleo estaban 20 instancias en que la audiencia de Fox pudo ver o leer en la web de Fox News, sus redes sociales y en seis de los programas de la cadena afirmaciones difamatorias sobre la empresa, como que la había cambiado votos a favor de Joe Biden, había pagado sobornos al gobierno y había sido fundada en Venezuela para trucar elecciones a favor de Hugo Chávez, afirmaciones infundadas que hacían personajes como Giuliani y Powell o los presentadores estrella como Carlson, Sean Hannity, Bartiromo o Pirro.

Dominion aseguraba que detrás de esas emisiones había una motivación económica, pues los ejecutivos del imperio mediático y la cadena temían que la audiencia fiel a Trump, que había sido un importante motor de crecimiento y estaba ya molesta porque Fox News hubiera certificado la victoria de Biden, se fugara a canales aún más a la derecha si no daban pábulo a las denuncias del derrotado presidente y sus aliados.

El reto de la "malicia premeditada"

Lo que complicaba la misión del jurado, y de los abogados de Dominion, es que para demostrar la difamación en EEUU no basta con probar que Fox News emitió esas mentiras y desinformación. Debía quedar probado que la cadena y su compañía matriz actuaron “con malicia premeditada” y “desprecio temerario” por la verdad, los estándares que fijó en 1964 la sentencia del Tribunal Supremo New York Times Co v. Sullivan. Y para ello había que demostrar que Fox “tenía serias dudas sobre la veracidad de la publicación” o tenía “alto nivel de conciencia de su probable falsedad”.

El juicio, en cualquier caso, se planteaba complicado para Fox. En un revés para la corporación mediática, el juez Davis había estipulado que los abogados de la compañía no podrían argumentar que su cadena cubrió las mentiras sobre Dominion porque la fijación de Trump con el supuesto fraude les daba supuestamente valor noticioso. Además, el juez había dicho que la cadena no podía afirmar que no es responsable por lo que dijeran sus invitados, pues Fox News tiene la responsabilidad de asegurar que la información que emite es ajustada a la realidad.

El juez Davis, igualmente, había nombrado este mismo martes a un investigador especial para que determinara si Fox había retenido evidencias relevantes en la fase previa. La compañía, además, se tuvo que disculpar por no revelar hasta el pasado viernes que Rupert Murdoch seguía manteniendo un puesto ejecutivo en Fox News.

Expectación

El proceso había desatado enorme expectación e intensa cobertura en EEUU. Y se esperaban momentos como el paso por el estrado de Rupert Murdoch, cuyos abogados habían intentado infructuosamente evitar que fuera llamado a comparecer. Alegaron los riesgos de contagio de Covid a sus 92 años. Pero Murdoch tenía en su agenda su propia boda (luego cancelada) y viajes a Los Ángeles, Montana, Londres y Nueva York y el juez Davis les había recriminado los intentos de evitar la comparecencia del magnate: “No me hagan parecer idiota”, les dijo.