Situación opuesta a la de Barcelona

Un cambio de alianzas transforma la guerra entre taxis y VTC en Nueva York

Los conductores de estos servicios enfrentados hacen ahora frente común contra las plataformas digitales en la metrópoli estadounidense

Dos taxis híbridos en Nueva York, en una imagen de archivo.

Dos taxis híbridos en Nueva York, en una imagen de archivo. / AFP / CHRIS HONDROS

Idoya Noain

El conflicto entre taxistas y plataformas internacionales de VTC como Uber ha vivido una agitada historia en Nueva York (EEUU). La guerra abierta de hace una década ha evolucionado hacia un frente común de conductores, con la pandemia como punto de inflexión. Un cambio de alianzas que ha generado un tablero de juego totalmente distinto. Y opuesto a la situación que vive Barcelona.

Cuando los VTC empezaron a llegar en 2011 a Nueva York, hoy el mayor mercado de Uber en Estados Unidos, dieron un golpe brutal a los servicios de taxis. Incluyendo a los amarillos, que son uno de los iconos de la urbe. En la década siguiente numerosos conductores pasaron a trabajar para la creciente flota de plataformas como Uber y Lift y los usuarios aprovecharon los ventajosos precios que inicialmente ofrecían las aplicaciones.

Mientras, los dueños y conductores de taxis amarillos veían caer el negocio tradicional, por más que sus vehículos tengan la ventaja sobre los VTC de poder pararse en cualquier momento por la calle a recoger pasaje. El valor de sus licencias estaba en caída libre: los medallones que acreditan la titularidad habían quintuplicado su coste entre 2002 y 2014 hasta superar el millón de dólares pero en 2018 se devaluaron de golpe hasta unos 200.000 dólares. El endeudamiento de los taxistas se disparó.

Aquel 2018 ocho suicidios de dueños y conductores de taxis hicieron saltar públicamente las alarmas y pusieron a los políticos a buscar legislación para tratar de frenar la crisis. Así, Nueva York se convirtió en la primera ciudad que impuso un límite en el número de licencias para VTC. Ese año también las autoridades impusieron un salario mínimo para los conductores de VTCque se ha subido tres veces desde 2020. No obstante, el último aumento fue retado por Uber en los tribunales y de momento ha sido paralizado.

Cambio de tendencia

La pandemia golpeó también a un sector donde, tras años de tensión, se ha hecho palpable el acercamiento entre los conductores de ambos servicios de transporte. Sus intereses comunes ante las autoridades o frente a los gigantes de Silicon Valley los representa la Alianza de Trabajadores del Taxi, un sindicato con 25.000 miembros.

Taxis en las calles de Nueva York (EE.UU.), en una imagen de archivo.

Taxis en las calles de Nueva York (EE.UU.), en una imagen de archivo. / EFE

En su lucha por los derechos de los taxistas se han conseguido victorias: a finales de septiembre, por ejemplo, el alcalde Eric Adams, el senador Chuck Schumer y la congresista Alexandria Ocasio-Cortez anunciaron un acuerdo para que el mayor prestamista para licencias de taxi condonara 225 millones de dólares de deuda. Además de un programa para ayudar a 3.000 dueños de medallones a reducir por debajo de los 200.000 dólares su deuda.

Hoy la presión se eleva con campañas, protestas y huelgas. Por ejemplo, un paro de VTC en el aeropuerto de La Guardia este fin de semana, el tercero desde el bloqueo del aumento salarial para los conductores de app. Y es que estos trabajadores actualmente ganan menos en carreras y propinas que los taxistas, y ven como las empresas tecnológicas se quedan un porcentaje cada vez mayor de los beneficios.

Las cifras

A día de hoy en Nueva York hay unos siete coches de VTC por cada taxi. Según datos de julio, de media cada día circulan por las vías de la ciudad 5.700 taxis, frente a 46.800 VTC. Y desde el año pasado los taxis amarillos, que se habían sumado al mundo digital con dos aplicaciones, aparecen también en la de Uber.

Aunque los precios no son unitarios, cada vez se acercan más. A finales del año pasado se aprobó la primera subida de tarifas del taxi en una década y el coste medio para el usuario ha subido un 23%. En Uber y Lyft también se aprobó una subida de 7% por minuto y 24% por milla (1,6 kilómetros). Y un día de esta semana por la tarde el coste de un trayecto en Manhattan buscado en la app de Uber era idéntico para uno de sus coches que para un taxi amarillo.

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