El mensaje que dejaron las elecciones de mitad de mandato de noviembre en Estados Unidos, con resultados mejor de lo esperado para los demócratas y un castigo a los candidatos más radicales asociados a Donald Trump y el trumpismo, se ha subrayado este martes en Georgia. En la segunda vuelta en el estado sureño que decidía el último escaño del Senado se ha impuesto el demócrata Raphael Warnock ante el republicano Herschel Walker, según las proyecciones de los medios.

Con ese triunfo la ventaja del partido del presidente Joe Biden en la Cámara Alta se amplía del 50-50 actual a 51-49, un giro mínimo que tiene importantes consecuencias. Y la derrota de Herschel se interpreta también como un fracaso de Trump.

Aunque el control republicano de la Cámara Baja salido de las urnas en noviembre garantiza la división de poder en Washington y permite augurar dos años de bloqueo legislativo y retos para la agenda de Biden, la nueva mayoría en el Senado permitirá a los demócratas controlar comités y hacer avanzar nominaciones judiciales y de altos cargos. Además resta peso a senadores demócratas moderados que han estado poniendo palos en la rueda de la agenda del presidente. Asimismo, libera a la vicepresidenta Kamala Harris de tener que estar frecuentemente atada a Washington, como ha sucedido estos dos últimos años, para emitir su voto de calidad.

Además, el resultado en Georgia confirma los buenos resultados de los demócratas, que han ganado un escaño en el Senado y dos gobernadores. Es la primera vez desde 1934 en que el partido del presidente suma en esos dos terrenos en las elecciones de mitad de mandato.

El cambio de Georgia

Warnock, un reverendo negro que en otra segunda vuelta en 2021 en una elección especial ya se convirtió en el primer senador negro por Georgia, ahora se convierte en el primer candidato negro elegido para el mandato completo de seis años en el estado. Ha reforzado respecto a la primera vuelta sus resultados con el voto negro y, especialmente, en las zonas metropolitanas que rodean Atlanta, representativas de cambios demográficos en muchos de los llamados "suburbios" de grandes urbes de EEUU. Y demuestra que Georgia, que fue tradicionalmente un feudo republicano pero que en 2020 votó por primera vez en 28 años por un candidato presidencial demócrata, se consolida como un estado bisagra.

La derrota de Walker, la derrota de Trump

Tan significativa como la victoria de Warnock en una segunda vuelta en la que la participación ha sido muy elevada es la derrota de Walker, y el mensaje que envía a Trump. Fue el antiguo presidente republicano el que animó a presentarse al antiguo jugador de fútbol americano, también negro, que se ha demostrado uno de los candidatos más controvertidos en estas elecciones legislativas, salpicado por escándalos personales y lastrado por un discurso errático. Y el modelo de personaje célebre respaldado por Trump, que también se anotó en noviembre sonoros fracasos de los candidatos más extremistas y de otros famosos como el del Dr. Mehmet Oz en la carrera por el Senado en Pensilvania, ha quedado de nuevo en evidencia.

El expresidente ya había fracasado en el estado cuando numerosos de los candidatos que respaldó en primarias republicanas para cargos como el de gobernador y secretario de estado cayeron ante los otros republicanos a los que Trump buscaba castigar por no haber respaldado sus intentos de no certificar los resultados de las presidenciales del 2020, una injerencia que le tiene sujeto a una investigación judicial en Georgia. Y muchos votantes que votaron en noviembre por esos republicanos que se resistieron a Trump no votaron en cambio a Walker, forzando a la segunda vuelta de este martes en la que ha vuelto a fracasar.

Mensaje de Biden

El presidente Biden ha colgado un tuit acompañado de una foto en la que se le ve llamando a Warnock para felicitarle. Y el mandatario ha asegurado que su triunfo es un "rechazo del ultra magaismo", en referencia a los elementos más radicales del movimiento "Make America Great Again" (Hacer América Grande de Nuevo) asociados a Donald Trump.