"Golpe de Estado"fraude" no son palabras recurrentes en el lenguaje político de los colombianos. Sin embargo, en las últimas horas resonaron con inusitada fuerza a menos de tres meses de las elecciones presidenciales. Gustavo Petro, quien encabeza las encuestas de opinión de cara a la primera vuelta del 29 de mayo, no se inhibió de utilizarlas al acompañar su denuncia sobre el escandaloso recuento de votos en los comicios legislativas del 13 de marzo. Petro, el líder del Pacto Histórico, ha asegurado que le faltan al menos 400.000 sufragios.

"Suspendo mi presencia en debates electorales hasta que se garantice la transparencia del voto. Actuaremos con prudencia máxima y pedimos a las veedurías internacionales actuar con prontitud", dijo el ex alcalde de Medellín. "Lo ocurrido tendrá consecuencias de aquí a la primera vuelta presidencial. No es cualquier cosa que en 29.000 mesas —el 26 % de la totalidad de mesas del país—, según Petro, no aparezca un solo voto por la fuerza política más favorecida por los pronósticos: el Pacto Histórico", señaló Lisandro Duque Naranjo, columnista del diario bogotano El Espectador.

A pesar de esa supuesta merma, la izquierda vapuleó al Centro Democrático, el partido que responde al expresidente Álvaro Uribe. El Pacto Histórico tendría garantizados al menos 19 escaños en el Senado como parte de un notable crecimiento que se ha verificado también en las elecciones para integrar la cámara de Representantes. La derecha más dura ha pasado, por lo tanto, de ser una voz predominante en el Senado a una fuerza testimonial. Ese retroceso hizo que Uribe pegara un grito en el cielo. "Estas elecciones dejan toda la desconfianza. (Formularios) E 14 llenos de tachones, enmendaduras, firmas que no coinciden. A las inconsistencias se suma la abrumadora votación del petrismo en zonas de narcotráfico", añadió para extender un mayor manto de sospecha.

El escándalo amenazaba con adquirir mayores dimensiones cuando el presidente Iván Duque solicitó el recuento completo de los sufragios para "darle confianza a la ciudadanía".

Compleja resolución

El registrador nacional Alexander Vega, quien se encuentra en el centro de todas las críticas, respondió al pedido presidencial con el propósito de "salvaguardar la institucionalidad" y "llegar a la verdad electoral" para la "tranquilidad del país". Después de escucharlo, Petro montó en cólera: “lo que hace el registrador se llama fraude. La cadena de custodia de los votos terminó el sábado. A esta hora pueden estar llenando las bolsas de votos. Desobedecen la decisión de 5.000 jueces. Estamos ante un verdadero golpe de Estado impulsado por Uribe".

Humberto de la Calle, el negociador del acuerdo de paz entre el Estado colombiano y las FARC lamentó los "los estragos de la polarización" que se cierne sobre el país. “Petro fue el primero en agitar el fantasma del fraude. Ahora Uribe en actitud subversiva propone desconocer el resultado. No podemos estar condenados a escoger entre Petro y el que diga Uribe. Cabeza fría. Las instituciones antes que el populismo”.

Más allá de la polémica, queda saber en las próximas horas sobre la viabilidad de lo que ha anunciado el registrador Vega. En principio debe elevar una petición al Consejo Nacional Electoral (CNE) para que se ponga en marcha revisión de los votos. "La pregunta que ronda en el aire es si el CNE tiene este tipo de facultades para llevar a cabo un recuento general", señaló el diario bogotano El Espectador.     

Los incidentes que rodean a la elección de senadores no sorprenden a los especialistas en cuestiones de transparencia. De hecho, un informe de la misión de observadores de la UE detectó algunas anomalías. “La discrepancia entre los resultados del preconteo para el Senado y los que arroja esta primera etapa del escrutinio, ha sido inusualmente grande”, se señaló.

Se calienta el escenario electoral

Ocho días después de los comicios de la discordia, los aspirantes de la izquierda y la derecha no uribista irrumpen como los principales aspirantes a la presidencia. Una reciente encuesta da cuenta de que Petro cosecha un 32% de las adhesiones, contra un 23% de Federico Gutiérrez. La polarización parece deteriorar las aspiraciones del abanderado del centro, Sergio Fajardo.

"Si i Petro consigue convertir la indignación en ilusión ganará en la primera vuelta, pero a la competencia aún le falta", señaló Héctor Riveros, columnista del portal La silla vacía. Para alcanzar sus objetivos, remarcan otros analistas, necesitará captar voluntades y apoyos más allá de la izquierda.