Los médicos que atienden al presidente de EE UU, Donald Trump, en el hospital militar Walter Reed, en Bethesda (Maryland) anunciaron anoche su alta inminente para proseguir el tratamiento de su contagio de Covid-19 en la Casa Blanca. El propio Trump, ingresado desde el viernes en el centro sanitario, anunció su salida en un tuit, antes que los facultativos.

"Saldré del estupendo Hospital Walter Reed hoy a las 6.30 de la tarde. ¡Me encuentro muy bien! No temáis al Covid-19. No permitáis que domine vuestra vida. Bajo la Administración Trump se han desarrollado medicamentos y conocimientos estupendos. ¡Me siento mejor que hace 20 años!", tuiteó.

Trump respondió a las críticas por su desplazamiento en coche el pasado sábado (domingo ya en España) para saludar unos minutos a los simpatizantes concentrados ante el hospital. "Parece que los medios están enfadados porque fui en un vehículo seguro para dar las gracias a tantos fans y simpatizantes que pasaron horas e incluso días frente al hospital para apoyar a su presidente. ¡Si no lo hubiese hecho, los medios hubieran criticado mi mala educación!", escribió.

El desplazamiento de Trump, quien portaba mascarilla, ha sido criticado por incumplir la recomendación de guardar cuarentena cuando se ha dado positivo por coronavirus y también por poner en peligro a los agentes del Servicio Secreto que le acompañaban dentro del coche.

Trump anunció su escapada en un vídeo en Twitter: "Vamos a hacer una pequeña visita sorpresa a algunos de los patriotas que están en la calle, que llevan ahí mucho tiempo, con banderas de Trump y que aman a nuestro país".

El presidente aprovechó para intentar sacar el lado positivo y electoral de su contagio: "Ha sido un viaje muy interesante, he aprendido mucho sobre el Covid. Lo he aprendido yendo a la verdadera escuela. Esta no es la escuela de leer libros. Lo he aprendido y entendido", aseguró Trump como si ya entonces supiera que su estancia en el hospital estaba llegando a su fin.

El presidente añadió que en el hospital ha tenido la ocasión de encontrarse con soldados y personal de emergencias, pese a que un enfermo de Covid debería estar en total aislamiento.

James Philips, el médico responsable de los residentes del hospital, criticó duramente la decisión de Trump de salir brevemente del hospital. "La camioneta (en la que se traslado el presidente) no es solo blindada, sino que está sellada herméticamente contra ataques químicos. El riesgo de transmisión de Covid (a los demás pasajeros) es el más alto posible, a excepción de procesos médicos. La irresponsabilidad es escandalosa. Lo siento por los agentes del Servicio Secreto que se vieron forzados a participar", tuiteó.

El goteo de contagios en el entorno presidencial de la Casa Blanca continúa, con la infección de la portavoz de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, y otros dos funcionarios. "Tras dar negativo constantemente en los tests, incluido cada día desde el jueves, este lunes he dado positivo por Covid-19, aunque no experimento ningún síntoma", tuiteó McEnany.

A las puertas del hospital, mientras tanto, medio centenar de personas enarbolaban ayer banderas y gritaban eslóganes de campaña en espera del presidente. Atronaba la música con decibelios más propios de un concierto, desde "Sweet Home Alabama" a "Paint in Black". Una fiesta a la que se sumaban con sus cláxones los coches que pasaban frente a la entrada. Unos hacían el signo de la victoria, otros la peineta con el dedo.

Para Ellen Gifford era su segundo día a las puertas del hospital militar. La campaña del presidente les sacó pizzas y galletas el sábado. No había almuerzo ayer pero sus seguidores no perdían el ánimo triunfalista, muy alejado de la desesperación que cunde en el Partido Republicano tras el contagio de Trump y su guardia pretoriana a menos de un mes de las elecciones.

"Si él no puede dar mítines, nosotros le llevamos el mitin a las puertas del hospital", dice esta peluquera de 63 años llegada desde Baltimore. "Yo amo a Trump, es el mejor. Nos está ayudando a darle la vuelta al país después de que los demócratas lo abocaran al socialismo. Esas ideas no son para nosotros. Somos una sociedad capitalista, amamos libertad".

Gifford no lleva mascarilla, como muchos otros que jalean a Trump en la puerta. "No creo que actúe de forma temeraria. Llevar mascarilla es una elección personal. Ni siquiera los científicos saben si es efectiva", afirmaba negando el consenso científico.