Un incendio declarado durante la madrugada del miércoles arrasó ayer completamente el campo de refugiados de Moria, en la isla griega de Lesbos. Moria, hasta hace un par de días, era el campo de refugiados más grande de Europa: en la actualidad albergaba cerca de 13.000 personas, aunque su capacidad oficial -con la que fue construido- era para apenas 2.500.

Las llamas redujeron el campo a cenizas: un 80% ha quedado carbonizado. No ha habido, sin embargo, ni víctimas ni heridos. Así, la parte que ha quedado en pie ha sido, mayoritariamente, la oficial: rodeada de muros de hormigón y controlada por la policía griega.

Todo lo demás, que eran tiendas de campaña levantadas por los propios refugiados, sin ningún sistema sanitario, luz, agua corriente, electricidad ni seguridad -situación generalizada- ya no existe.

Moria llevaba en cuarentena casi total desde marzo por la pandemia. Aunque no se habían detectado contagios en el recinto, estaba prohibido salir del lugar a menos que se consiguiese un permiso especial. Pero la semana pasada se declaró el primer caso, el mismo día del quinto aniversario de la muerte de Aylan Kurdi, el niño ahogado en la playa que dio la vuelta al mundo. Ahora, siete días después, ya hay 35 casos.

Con la detección del primer caso el Gobierno griego decidió encerrar por completo el campo por un plazo de 15 días, sin excepciones. Y, ahora, aunque el campo ya no exista, ha tomado una decisión parecida: la primera medida tomada tras el incendio por Kyriakos Mitsotakis, primer ministro heleno, ha sido declarar el estado de emergencia en Lesbos y enviar a cientos de antidisturbios a la isla para evitar que los refugiados intenten ir a ningún sitio.

Dos focos activos

Actualmente hay otros dos incendios activos en Lesbos, avivados por unos días de fuertes vientos y altas temperaturas.

Aunque aún se desconoce el origen del fuego en Moria, todo apunta a que el causante pudo ser una pelea que empezó la noche del martes, cuando las autoridades del campo, sin explicación, quisieron aislar a unas cuantas personas por los nuevos positivos de coronavirus. Hubo resistencia y la situación acabó siendo violenta. La teoría del Gobierno griego es que algunos refugiados quemaron objetos para crear el caos y, luego, la situación se descontroló.

El ministro de Migración griego, Notis Matarakis, dijo ayer desde Lesbos que al destruido campo de Moria le sustituirá otro, que será cerrado. De él, nadie podrá salir. "Cuatrocientos menores no acompañados del campo serán transferidos. Además, cerca de mil migrantes serán temporalmente acomodados en un ferry, mientras la marina también está mandando varias embarcaciones para lo mismo", dijo Matarakis"