Los ministros de Exteriores de la Unión Europea (UE) abordaron ayer la manera de coordinarse ante la inminente publicación del último informe del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) sobre el cumplimiento por Irán del acuerdo mediante el que renunció a las armas nucleares, cuya continuidad se ve amenazada.

La UE, gran defensora de ese pacto, constató que la decisión de Irán de reanudar el enriquecimiento de uranio en la planta de Fordo "es motivo de gran preocupación", según dijo la alta representante de la Unión para la Política Exterior, Federica Mogherini, en una rueda de prensa al término del Consejo de ministros.

En todo caso, indicó que "se volvió a poner de manifiesto un total compromiso hacia un acuerdo que sigue siendo crucial para nuestra seguridad", al tiempo que aseguró que, "aunque cada vez es más difícil preservarlo, continuaremos los esfuerzos para que se implemente en su totalidad".

Ante el temor de la comunidad internacional de que Teherán pudiese desarrollar armas atómicas, el llamado Grupo 5+1 (Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania) firmó en 2015 con Irán un acuerdo que limitaba su programa atómico a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales.

En cambio, la retirada en 2018 de EE UU del acuerdo nuclear y su decisión de volver a imponer sanciones a Irán han debilitado el pacto, algunos de cuyos compromisos ya ha dejado de cumplir Teherán.

Centrifugadoras

Así, Irán empezó esta semana a inyectar gas en 1.044 centrifugadoras de Fordo y a enriquecer uranio a unos niveles similares a los alcanzados antes de la firma del pacto nuclear, que establecía que esa planta fuera un centro de tecnología nuclear y física en vez de una planta de producción de uranio enriquecido.

Ese ha sido uno de los incumplimientos que han condenado los Estados miembros, que en todo caso consideran que aún no son "irreversibles" y pueden revocarse para salvar el acuerdo, según fuentes diplomáticas.