Al cierre de los colegios electorales anoche en Israel, la encuesta a pie de urna daba un empate técnico entre Beny Gantz y Benjamín Netanyahu, ambos sin suficientes apoyos para formar gobierno con sus socios tradicionales, según informó la cadena estatal Kan.

Según los primeros sondeos, tanto el derechista Likud de Netanyahu como el centrista Azul y Blanco de Gantz lograrían unos 32 diputados, y el bloque de partidos de derecha y religiosos tendría 56 escaños, cinco menos de los necesarios para tener mayoría en una Cámara (Kneset) de 120, mientras que el de centro e izquierda se quedaría en 54.

La participación en las elecciones israelíes superó las expectativas y se mantuvo casi dos puntos por encima de la que se alcanzó en los comicios del pasado abril, pese a las previsiones de abstención, en una jornada semifestiva.

Un 26,8% de votantes cumplieron su deber en las cuatro primeras horas de apertura de urnas, una cifra que supera las de las últimas siete citas electorales y que no impidió que los principales líderes siguieran instando a la población a votar. El dato de participación ya perfilaba un resultado muy ajustado y un largo recuento. En abril, los resultados definitivos no llegaron hasta el día siguiente

En las redes sociales y en vídeos o mítines improvisados en lugares públicos, el primer ministro en funciones alertaba de que se estaba registrando una alta participación en comunidades árabes y de izquierdas, frente a una baja en los feudos de su partido, el Likud.

Netanyahu habría violado en varias ocasiones la ley electoral del país durante la jornada al conceder entrevistas a dos emisoras y publicar datos de sondeos en sus redes sociales. El "premier" concedió sendas entrevistas a las emisoras Galey Yisrael y Kol Hai, a pesar de que la sección 129 de la ley Electoral lo prohíbe y a que el presidente del Comité Central Electoral, Hanan Melcer, dio orden expresa para evitar estas entrevistas durante el día de las parlamentarias.