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La nueva estructura de gobierno de la Unión Europea

Merkel, Macron y el PPE, por goleada

El reparto de los grandes cargos de la UE confirma el peso franco-alemán y el ascenso de España -Las negociaciones culminan con la derrota socialista frente a los populares

Sassoli, tras su elección, con la nominada para presidir la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. // Efe

El reparto de los cinco grandes cargos de la UE confirma -por si aún había dudas- que a los mandos del bloque siguen estando Alemania y Francia, y que los otros dos grandes países de la Unión, España e Italia, lo son pero menos. Y también que el Partido Popular Europeo (PPE), pese a no situar a su cabeza de cartel, Manfred Weber, al frente de la Comisión Europea (CE), se ha llevado el gato al agua.

No será un conservador alemán quien presida el Ejecutivo comunitario, sino una conservadora alemana, la ministra de Defensa, Ursula von der Leyen, tan cercana a Merkel como Weber. Pero, sobre todo, el triunfo del PPE consiste en haber hecho fracasar, con la ayuda de Italia y el Grupo de Visegrado -que Hungría controla a su antojo-, la jugada que habían urdido el presidente francés, Emmanuel Macron (liberal), y el jefe del Ejecutivo español, Pedro Sánchez (socialista), bendecida por la canciller germana, para que el holandés Frans Timmermans sustituyera a Jean-Claude Juncker, desbancando así al PPE de la presidencia de la CE, en la que los populares llevan sentados desde 2004.

Macron gana más que Sánchez. Es verdad que la nominación de Josep Borrell como jefe de la diplomacia europea es un buen punto para España, que regresa con el catalán a la primera línea política, en la que no figura desde que Joaquín Almunia dejó de ser vicepresidente de la CE en 2014. Pero lo que Sánchez gana en términos territoriales no lo gana como máximo valedor, junto al portugués António Costa, de los derechos de la familia socialdemócrata europea.

Fracasada la opción Timmermans, los socialistas retienen lo que ya tenían, la jefatura de la diplomacia (hasta ahora en manos de Federica Mogherini) y se reparten a medias la presidencia de la Eurocámara con el PPE. Mientras que Macron gana tanto en lo territorial como en lo ideológico: una compatriota, Christine Lagarde, dirigirá el BCE, relevando a Mario Draghi; y un correligionario, el primer ministro belga, Charles Michel, presidirá el Consejo Europeo. Dos nombramientos que, además, la Eurocámara no puede poner en cuestión.

Incluso Borrell admitía ayer que Sánchez no debió de salir "muy satisfecho" de la cumbre porque su apuesta por Timmermans terminó en un rotundo fracaso.

Derrota de Italia

Sin embargo, quien más pierde, y de lejos, es Italia: el cargo de jefe de la diplomacia y la dirección del BCE; únicamente retiene, y durante dos años y medio, la presidencia de la Eurocámara, que ya ostentaba: David-María Sassoli sustituyó ayer a Antonio Tajani.

Pero, como todo haz tiene su envés, el rechazo frontal del PPE a Timmermans y su apuesta por Von der Leyen (aplaudida por el primer ministro húngaro, el ultraconservador Viktor Orbán, por su condición de madre de siete hijos) no sólo ha enfurecido a los eurodiputados socialistas (lo que puede complicar su confirmación dentro de dos semanas). Además tensa la gran coalición alemana, que comparten la CDU de Merkel y el SPD. "Es una razón para dejar el Gobierno", admitió ayer el expresidente de los socialdemócratas germanos Sigmar Gabriel, no dudando en considerar "un triunfo" de Orbán la nominación de Von der Leyen, que, eso sí, con Lagarde, casi logra la paridad en el reparto de los cinco grandes cargos

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